WASHINGTON, 21 de marzo.— El Gobierno de Estados Unidos anunció este viernes sanciones contra la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y el exministro de Planificación Federal Julio de Vido, acusándolos de participar en “importantes actos de corrupción durante su mandato público”. La medida, adoptada bajo la Administración de Donald Trump, impide tanto a los implicados como a sus familiares inmediatos ingresar al territorio estadounidense.
La Base de las Sanciones
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, detalló en un comunicado que las sanciones se fundamentan en las evidencias de que Fernández y De Vido “abusaron de sus cargos al orquestar y beneficiarse económicamente de múltiples tramas de soborno relacionadas con contratos de obras públicas”. Según el Departamento de Estado, estos esquemas de corrupción resultaron en el desvío de millones de dólares del erario argentino.
Rubio destacó que “múltiples tribunales” han condenado a ambos exfuncionarios por estos actos de corrupción, lo que ha socavado “la confianza del pueblo argentino y de los inversores en el futuro de Argentina”.
“Estados Unidos seguirá promoviendo la rendición de cuentas de quienes abusan del poder público para beneficio propio”, afirmó Rubio.
“Estas sanciones reafirman nuestro compromiso de combatir la corrupción global, incluso en las más altas esferas del gobierno.”
El Caso ‘Vialidad’
Las sanciones están directamente vinculadas al caso conocido como ‘Vialidad’, una investigación judicial que reveló irregularidades en la concesión de 51 obras viales a empresas vinculadas al empresario Lázaro Báez durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015). En noviembre del año pasado, la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra Fernández en este caso.
Aunque la sentencia original fue dictada en diciembre de 2022, la exmandataria no ha sido detenida debido a que el fallo aún no es firme. Sin embargo, el impacto político ha sido significativo, especialmente porque esta fue la primera condena penal en su contra.
Reacciones y Recursos Legales
El pasado 14 de febrero, Fernández presentó un recurso ante la Justicia argentina solicitando la revocación de su condena. Por otro lado, la Fiscalía argentina elevó la presión al solicitar que la pena sea aumentada a 12 años de prisión, insistiendo en la acusación de asociación ilícita.
Fernández, quien actualmente ocupa un escaño como senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, ha negado repetidamente las acusaciones en su contra, calificándolas de “persecución política”. Sus defensores argumentan que las investigaciones forman parte de una estrategia para desacreditarla políticamente.
Impacto Internacional
Las sanciones estadounidenses refuerzan la postura del gobierno de EE.UU. en su lucha contra la corrupción global, especialmente en América Latina. Al imponer restricciones de viaje a figuras políticas clave, Washington busca enviar un mensaje claro sobre la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas.
Sin embargo, estas medidas también podrían generar tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y sectores del peronismo en Argentina, que ven estas acciones como una injerencia externa en asuntos internos.
Conclusión: Un Capítulo Más en la Lucha Contra la Corrupción
Las sanciones impuestas por EE.UU. a Cristina Fernández y Julio De Vido representan un nuevo capítulo en la batalla contra la corrupción en Argentina. Mientras que el Departamento de Estado busca promover la transparencia y la rendición de cuentas, las decisiones judiciales y políticas dentro del país seguirán siendo cruciales para determinar el futuro de los implicados.
Como señaló Rubio en su comunicado:
“Estados Unidos continuará trabajando para garantizar que aquellos que abusan del poder sean responsabilizados, independientemente de su posición o influencia.”
Mientras tanto, la situación judicial y política de Fernández sigue siendo objeto de debate en Argentina, donde las tensiones entre sus partidarios y detractores continúan marcando el panorama político.