CIUDAD DE PANAMÁ, 13 de marzo.— La inhóspita selva del Darién, históricamente conocida como una de las rutas más peligrosas para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, ha dejado prácticamente de ser utilizada como corredor de paso. Así lo afirmó este jueves el presidente panameño, José Raúl Mulino, señalando que el temor a las deportaciones masivas ordenadas por el gobierno de Donald Trump ha reducido drásticamente el flujo migratorio.

En una rueda de prensa, Mulino destacó que el número de migrantes que cruzaron la selva en lo que va de marzo se redujo a apenas 112 personas, una cifra insignificante en comparación con los más de 1 millón de migrantes que atravesaron el Darién en los últimos tres años.


El Colapso del Flujo Migratorio

La selva del Darién, un territorio inhóspito de 266 kilómetros de longitud y 575.000 hectáreas, se convirtió en los últimos años en una ruta obligada para miles de migrantes, principalmente venezolanos, pero también haitianos, cubanos, asiáticos y africanos, que buscaban llegar a Estados Unidos en busca del “sueño americano”. Sin embargo, las estrictas políticas migratorias anunciadas por Trump han disuadido a muchos de intentar el peligroso viaje.

“Cerramos una operación que comenzó en el año 2016”, declaró Mulino, refiriéndose al aumento significativo de migrantes que utilizaron esta ruta desde entonces. “Hoy en marzo llegamos a 112 (migrantes que cruzaron el Darién), es una disminución importantísima”, añadió.

Ante esta caída en el flujo migratorio, Panamá ha comenzado a desmantelar los campamentos de asistencia humanitaria que había instalado junto con agencias de la ONU para ayudar a los migrantes. Estos campamentos habían sido cruciales para brindar apoyo a quienes enfrentaban condiciones extremas en su travesía, incluyendo niños, ancianos y personas vulnerables.


Un Nuevo Flujo Migratorio: El Retorno desde el Norte

Aunque el Darién ha perdido protagonismo como ruta hacia el norte, Panamá ahora enfrenta un fenómeno opuesto: un flujo creciente de migrantes que regresan desde México y otros países centroamericanos hacia Sudamérica. Estos migrantes, que inicialmente intentaron llegar a Estados Unidos, han decidido dar marcha atrás debido al temor a las deportaciones.

“Viene el otro flujo, el que viene del norte, que comienza a subir”, explicó Mulino, refiriéndose a los migrantes que optan por regresar a países como Colombia o Brasil, donde algunos esperan rehacer sus vidas.

A diferencia de quienes cruzaban el Darién, estos migrantes no necesitan adentrarse en la selva. En su lugar, utilizan pequeños puertos caribeños de Panamá para contratar lanchas que los transporten hacia Colombia.


Política Migratoria de Panamá: Entre Cierre y Asilo Temporal

Durante su campaña electoral en 2024, Mulino prometió “cerrar” la ruta migratoria del Darién, argumentando que la situación estaba sobrecargando los recursos del país y generando inseguridad. Ahora, su gobierno está cumpliendo esa promesa.

“No permitiremos más migrantes en esa zona de Darién”, advirtió el presidente.

Sin embargo, Panamá también ha aceptado servir como un “puente” para los migrantes deportados por Estados Unidos, al igual que Guatemala y Costa Rica. En febrero, 299 deportados, mayoritariamente asiáticos, llegaron al país. Aquellos que no aceptaron ser repatriados fueron enviados temporalmente a un albergue en la provincia de Darién.


Críticas y Respuestas del Gobierno

El albergue en Darién fue duramente criticado por grupos defensores de derechos humanos, quienes lo describieron como un “centro de detención”. Ante estas críticas, el gobierno autorizó a 112 migrantes a salir del albergue para gestionar visas en otros países. El fin de semana pasado, 65 de ellos llegaron a la Ciudad de Panamá, donde tienen un plazo de tres meses para encontrar un país que los acoja.

“Si no se han marchado en ese plazo, serán expulsados o deportados”, advirtió el gobierno.

Algunos de los migrantes han expresado su preocupación por la falta de recursos y el riesgo que enfrentarían si regresaran a sus países de origen.

“No deseamos volver porque corremos peligro y no nos queda dinero”, declaró uno de los migrantes en la Ciudad de Panamá.


Conclusión: Un Cambio en el Mapa Migratorio

El colapso del flujo migratorio a través del Darién marca un cambio significativo en el mapa migratorio regional. Las políticas restrictivas de Trump han generado un efecto disuasorio que ha transformado el destino y las decisiones de miles de migrantes.

Mientras Panamá cierra un capítulo en su historia como corredor migratorio hacia el norte, ahora enfrenta nuevos desafíos con el retorno de migrantes desde el norte y la necesidad de equilibrar su política migratoria con los derechos humanos y la seguridad nacional.

“El Darién ya no será la ruta principal, pero el fenómeno migratorio seguirá siendo un tema central en la agenda de América Latina”, concluyó un analista político consultado por EFE.

El futuro de los migrantes sigue siendo incierto, mientras gobiernos y organizaciones internacionales buscan soluciones sostenibles para una crisis que continúa evolucionando.

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