ISLAMABAD, 12 de marzo.— Después de más de 30 horas de enfrentamientos, todas las personas retenidas durante el ataque separatista al tren Jaffar Express en la provincia de Baluchistán, Pakistán, han sido liberadas. Sin embargo, el costo humano fue devastador: 28 soldados y un paramilitar perdieron la vida durante las operaciones de rescate lideradas por las fuerzas de seguridad del país.
El operativo terminó con la neutralización de los 33 militantes involucrados en el asalto, según declaró el teniente General Ahmed Sharif Chaudhry, portavoz del Ejército pakistaní, a medios locales. Este ataque, perpetrado por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), uno de los principales grupos separatistas de la región, dejó en evidencia la persistente inestabilidad en una de las provincias más empobrecidas pero ricas en recursos naturales del país.
El Ataque al Jaffar Express
El martes por la noche, los separatistas detonaron explosivos para sabotear las vías férreas y detener el tren en el distrito de Mach, cerca de la ciudad de Quetta, capital de Baluchistán. Una vez que el convoy se detuvo, los atacantes tomaron como rehenes a más de 450 pasajeros, incluidos civiles, soldados y personal ferroviario.
Según el alto funcionario ferroviario Muhamad Kashif, los asaltantes separaron a los pasajeros por su origen étnico, priorizando a aquellos identificados como punjabíes, la mayoría étnica de Pakistán, quienes fueron secuestrados o ejecutados en el acto. Testigos describieron escenas de terror:
“Vinieron, revisaron identificaciones y tarjetas de servicio y dispararon a dos soldados frente a mí, llevándose a otros cuatro”, relató un pasajero que pidió no ser identificado.
“Nos dijeron que saliéramos y no miráramos atrás. Mientras corríamos, vi a muchas otras personas corriendo junto a nosotros,” declaró Babar Masih, un trabajador cristiano de 38 años que logró escapar.
Las autoridades confirmaron que 168 rehenes fueron liberados el martes y otros 178 el miércoles, mientras que decenas escaparon por sus propios medios tras caminar horas por terrenos montañosos para ponerse a salvo.
El BLA y sus Motivaciones
El Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA) reivindicó el ataque, acusando al gobierno central de explotar los valiosos recursos naturales de la región sin beneficio para la población local. En un comunicado, el grupo afirmó que:
“Los valiosos recursos naturales de Baluchistán pertenecen a la nación baluchi… Los generales militares paquistaníes y su élite punjabi están saqueando estos recursos.”
El BLA ha intensificado sus ataques en los últimos meses, particularmente contra proyectos de infraestructura financiados por China, incluido el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), una iniciativa valorada en miles de millones de dólares que abarca carreteras, puertos y plantas energéticas en Baluchistán. Las autoridades también han acusado al grupo de coordinar ataques contra viajeros de otras regiones del país, profundizando las tensiones étnicas.
La Respuesta del Gobierno
El gobierno pakistaní impuso restricciones estrictas en varias áreas de Baluchistán tras el ataque, limitando el acceso a periodistas y organizaciones humanitarias. Islamabad ha reforzado su presencia militar en la región, aunque el aumento de la violencia en 2024 sugiere que estas medidas no han logrado contener la insurgencia.
Según un informe del independiente Centro de Investigación y Estudios de Seguridad, 2024 fue el año más mortífero para Pakistán en una década, con un repunte significativo de ataques separatistas y acciones militantes a lo largo de la frontera con Afganistán. El informe atribuye este aumento a la influencia de grupos refugiados en territorio afgano tras la llegada al poder de los talibanes en 2021.
Islamabad culpa a Kabul de permitir que grupos militantes operen desde su territorio, algo que el gobierno afgano niega rotundamente.
Testimonios Sobrecogedores
Entre los sobrevivientes, los relatos reflejan el miedo y la desesperación vividos durante el incidente. Muhamad Bilal, quien viajaba con su madre, compartió:
“No encuentro las palabras para describir cómo conseguimos escapar. Fue aterrador.”
Otros expresaron gratitud hacia los militantes que, según ellos, mostraron cierta clemencia después de súplicas emocionales. Un paramédico y un funcionario ferroviario confirmaron que el conductor del tren, un oficial de policía y un soldado murieron durante el asalto inicial.
El Impacto Humano y Político
El ataque al Jaffar Express subraya la compleja dinámica entre el gobierno central y las comunidades marginadas en Baluchistán. Aunque las autoridades han intentado sofocar la insurgencia mediante operativos militares, la respuesta armada no ha logrado abordar las causas fundamentales del conflicto: la exclusión económica y política de los baluchis.
Además, la violencia ha generado divisiones étnicas dentro del país, exacerbadas por los ataques selectivos del BLA contra minorías y residentes de otras regiones. Los analistas advierten que, sin un enfoque integral que combine desarrollo económico, diálogo político y justicia social, la inestabilidad en Baluchistán continuará siendo una amenaza para la seguridad nacional.
Conclusión: Un Futuro Incierto
El rescate exitoso de todos los rehenes marca el fin de una crisis inmediata, pero deja al descubierto los desafíos estructurales que enfrenta Pakistán en su lucha contra el separatismo en Baluchistán. La escalada de la violencia en 2024 y los recientes ataques del BLA demuestran que la insurgencia sigue siendo una amenaza persistente, alimentada por décadas de resentimiento y desigualdad.
Mientras tanto, los esfuerzos internacionales, especialmente los relacionados con el CPEC, podrían verse afectados si la inseguridad continúa socavando la inversión extranjera en la región. Para muchos baluchis, la lucha no solo es contra el gobierno central, sino también contra lo que perciben como una explotación injusta de sus recursos naturales.
“Esta no es solo una batalla por la tierra; es una lucha por la dignidad y la justicia,” concluyó un experto en conflictos regionales consultado por AFP.
El mundo observa cómo evoluciona esta situación, consciente de que cualquier solución duradera requerirá un compromiso genuino para abordar las demandas históricas de una de las provincias más olvidadas de Pakistán.