Ciudad de México, 14 feb.- El Gobierno de México ha recibido un total de 13,455 personas deportadas desde el inicio del nuevo mandato del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado 20 de enero, informó este viernes la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia de prensa matutina.
De este total, 10,485 son mexicanos y 2,970 son extranjeros procedentes de otros países, lo que refleja el impacto inmediato de las políticas migratorias de la administración Trump sobre la región.
Un Incremento Notable en las Deportaciones
El anuncio representa un aumento significativo respecto a los datos reportados por Sheinbaum apenas una semana antes, el 7 de febrero, cuando señaló que México había recibido 10,964 migrantes deportados, incluyendo 2,539 extranjeros. Este incremento evidencia la aceleración en las deportaciones desde EE.UU., cumpliendo con las promesas de campaña de Trump de adoptar una postura más estricta hacia la migración irregular.
La presidenta destacó que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, realizó recientemente una gira por Centroamérica, donde se alcanzaron acuerdos con varios países para facilitar la “repatriación directa” de migrantes a sus naciones de origen. Según Sheinbaum, esto incluye vuelos directos desde EE.UU. hacia países como Guatemala y El Salvador, reduciendo la carga sobre México como punto intermedio.
Sin embargo, muchas personas extranjeras siguen siendo enviadas a territorio mexicano debido a la falta de capacidad o disposición de algunos países centroamericanos para recibir a sus ciudadanos deportados. Ante esta situación, México ha decidido asumir un papel humanitario temporal.
Política Humanitaria de México
Sheinbaum subrayó que, por razones humanitarias, el Gobierno mexicano está permitiendo que los extranjeros deportados permanezcan en el país si así lo desean. “Ellos tienen que decidir de forma voluntaria si se quedan en México y bajo qué condiciones o son repatriados a sus países”, explicó.
Este enfoque contrasta con las medidas restrictivas implementadas por Washington y busca garantizar que los migrantes no queden en una situación de mayor vulnerabilidad. Para apoyar a los connacionales que regresan, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha generado 391 números de seguridad social para facilitar su reinserción laboral.
Además, el Gobierno mexicano ha trabajado junto con la iniciativa privada para ofrecer oportunidades económicas a quienes han sido deportados. Según Sheinbaum, cerca de 500 contrataciones ya se han logrado a través de un programa especial diseñado para integrar a los mexicanos retornados al mercado laboral nacional.
Preocupación por el Impacto Económico y Social
Las deportaciones masivas anunciadas por Trump han generado preocupación en México, especialmente porque los mexicanos representan aproximadamente la mitad de los 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos. Estas comunidades juegan un papel crucial en la economía mexicana, ya que las remesas enviadas desde EE.UU. constituyen casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
En 2024, México recibió un récord histórico de 65,000 millones de dólares en remesas, un flujo financiero que podría verse afectado por las deportaciones masivas. Además, la llegada de miles de personas deportadas plantea desafíos adicionales para el sistema de empleo, salud y servicios sociales en México, que ya enfrenta altos niveles de informalidad laboral y pobreza.
Acuerdos Regionales y Desafíos Futuros
El rol de México como receptor de migrantes deportados también destaca la necesidad de fortalecer la cooperación regional para abordar las causas profundas de la migración. Los acuerdos alcanzados entre EE.UU. y países centroamericanos buscan establecer mecanismos más eficientes para la repatriación directa, pero estos esfuerzos enfrentan obstáculos logísticos y políticos.
Por otro lado, la decisión de México de ofrecer opciones humanitarias a los extranjeros deportados refleja su compromiso con los derechos humanos, aunque podría generar tensiones diplomáticas con países vecinos que esperan una mayor coordinación en materia migratoria.
Conclusión: Un Reto Compartido
La deportación masiva de migrantes hacia México marca el inicio de una nueva etapa en la relación bilateral con EE.UU. Bajo la presidencia de Trump, se espera que las políticas migratorias sean más estrictas, lo que podría aumentar la presión sobre México para gestionar flujos migratorios crecientes.
El Gobierno de Sheinbaum enfrenta el desafío de equilibrar la protección de los derechos humanos con la sostenibilidad económica y social. A nivel regional, será fundamental avanzar en soluciones integrales que aborden tanto las causas estructurales de la migración como las necesidades de los países receptores.
Con las deportaciones ya en marcha, queda por ver cómo evolucionará la respuesta de México y sus socios internacionales ante esta crisis humanitaria en desarrollo.