La Habana, 21 ene.- Seis días después de que la Administración Biden alcanzara un acuerdo mediado por el Vaticano para retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo a cambio de una excarcelación masiva de presos, el presidente Donald Trump anuló la medida, marcando el regreso de la isla al listado con graves consecuencias económicas.
La decisión fue una de las primeras órdenes ejecutivas del nuevo mandato de Trump y fue respaldada por el secretario de Estado, el cubanoamericano Marco Rubio, conocido por su postura de línea dura contra el Gobierno cubano. En su comparecencia ante el Senado, Rubio aseguró que tenía “cero dudas” de que Cuba merecía estar en el listado y desestimó los acuerdos alcanzados por Biden.
Reacciones en La Habana
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó la revocación como una “burla” y un “acto de arrogancia” que fortalece la “cruel guerra económica contra Cuba”. Sin embargo, el Gobierno cubano no ha aclarado si cumplirá con la excarcelación de presos acordada con el Vaticano, dado que oficialmente La Habana nunca ha vinculado esta medida con su permanencia en la lista.
Excarcelaciones parciales
Hasta el momento, ONG como Justicia 11J, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) y Prisoners Defenders han confirmado la liberación de aproximadamente 150 presos políticos, principalmente jóvenes involucrados en las protestas del 11 de julio de 2021. Algunos opositores históricos, como Félix Navarro y José Daniel Ferrer, también figuran entre los excarcelados, aunque permanecen en libertad condicional.
El Gobierno cubano anunció la liberación de 553 reos por diversos delitos, pero no ha proporcionado una lista completa ni actualizado las cifras. A finales de 2024, Prisoners Defenders contabilizaba 1,161 presos políticos en la isla, mientras que Justicia 11J documentaba 549 manifestantes condenados tras las protestas de 2021.
Crisis económica agravada
El regreso de Trump a la Casa Blanca supone un duro golpe para Cuba, que ya enfrenta una crisis económica profunda caracterizada por la escasez de alimentos, medicinas y combustible, apagones prolongados y una inflación que ha triplicado los precios desde 2021.
Aunque esta situación es en parte atribuida a políticas económicas fallidas del Gobierno cubano, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses durante el primer mandato de Trump contribuyó significativamente a la recesión. La economía cubana sigue por debajo de los niveles de 2019, y las nuevas tensiones con Washington amenazan con empeorar las condiciones para la población.
El futuro de los presos políticos, la estabilidad económica de la isla y su relación con Estados Unidos quedan ahora en el aire con la reactivación de la política de mano dura por parte del gobierno republicano.