WASHINGTON, 21 enero.- Donald Trump firmó una orden ejecutiva el lunes que marca el inicio del proceso para retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por segunda vez en cinco años. La medida ha suscitado preocupación entre científicos y expertos, quienes advierten que podría revertir décadas de progreso en la lucha contra enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis, debilitando además las defensas globales ante futuras pandemias.
¿Qué implica la orden ejecutiva?
En su primera aparición en la Oficina Oval de este segundo mandato, Trump detalló que la orden pausará la transferencia de fondos federales a la OMS, retirará personal estadounidense y buscará alternativas para las funciones que realizaba la organización. Esta decisión replica su intento previo de 2020, revertido por el presidente Joe Biden en 2021.
Según Lawrence Gostin, director del Centro Colaborador de la OMS sobre Derecho Sanitario Global en Georgetown, esta retirada “haría al mundo menos saludable y seguro”, debilitando esfuerzos clave en vigilancia epidemiológica y respuesta a crisis sanitarias.
Impacto financiero y operativo en la OMS
Estados Unidos ha sido históricamente uno de los mayores contribuyentes de la OMS, con aportaciones anuales que oscilaron entre 160 y 815 millones de dólares en la última década, representando el 18 % de su presupuesto en 2023. La pérdida de estos recursos podría paralizar programas de vacunación, salud materno-infantil, erradicación de la polio y respuesta ante brotes de enfermedades como el ébola.
Además, agencias estadounidenses como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) verían afectada su colaboración en iniciativas globales, como la composición de vacunas contra la gripe y el acceso a bases de datos genéticas.
Motivaciones y críticas a la OMS
Trump justificó la retirada citando el “manejo deficiente” de la pandemia de COVID-19 por parte de la OMS, acusándola de falta de independencia frente a la influencia política de China y señalando fallos como la recomendación inicial contra el uso de mascarillas y la tardanza en reconocer la transmisión aérea del virus.
La OMS también ha enfrentado críticas por un escándalo de abuso sexual durante la respuesta a un brote de ébola en 2019, que involucró a empleados de la organización.
Respuesta internacional
En un comunicado, la OMS lamentó la decisión, destacando los logros alcanzados en colaboración con Estados Unidos, como la erradicación de la viruela y el progreso en la eliminación de la polio. “Esperamos mantener un diálogo constructivo para preservar esta asociación que ha salvado innumerables vidas durante más de siete décadas”, expresó la organización.
Preocupaciones por el futuro
Expertos como Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda, advirtieron que esta decisión llega en un momento crítico, cuando amenazas como la gripe aviar podrían evolucionar hacia una pandemia. La retirada también pone en riesgo la capacidad de respuesta global coordinada ante brotes emergentes y crisis de salud.
Mientras el proceso enfrenta requisitos legales, como la aprobación del Congreso y el cumplimiento de obligaciones financieras actuales, el impacto potencial de esta medida ya genera alarma en la comunidad internacional, que observa con preocupación las implicaciones para la salud global.