Caracas, 7 Ene.- Venezuela se encuentra en medio de una crisis política sin precedentes tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, marcadas por denuncias de fraude, protestas masivas y una creciente presión internacional. En vísperas de la toma de posesión presidencial del 10 de enero, el país sigue profundamente dividido entre el oficialismo, liderado por Nicolás Maduro, y la oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia, ambos reclamando la victoria en los comicios.
Resultados cuestionados y actas en disputa
El Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Maduro como vencedor con el 51,95 % de los votos, pero no ha publicado un desglose detallado de los resultados, alegando un ataque informático. En respuesta, la oposición, a través de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), divulgó actas que asegura representar el 83,5 % de los votos, con un triunfo del opositor González Urrutia con el 67 % frente al 30 % de Maduro.
Protestas y detenciones masivas
El anuncio del CNE desató una ola de protestas que dejó 28 fallecidos y 2,400 detenidos, incluidos menores de edad. Aunque el Gobierno responsabiliza a la oposición por la violencia, la PUD acusa a los cuerpos de seguridad del Estado de reprimir brutalmente las manifestaciones. Tras meses de presión, 1,369 personas fueron excarceladas bajo medidas cautelares, aunque siguen siendo consideradas “presos políticos” por ONG y sectores de la oposición.
Rupturas diplomáticas y aislamiento internacional
La controversia electoral llevó a una ruptura de relaciones diplomáticas con varios países de América Latina, incluidos Argentina, Chile y Perú, que cuestionaron la legitimidad de los comicios. Incluso aliados tradicionales como Colombia y Brasil han evitado reconocer la victoria de Maduro.
Exilio y gira internacional de González Urrutia
En septiembre, González Urrutia abandonó Venezuela denunciando persecución política tras ser acusado de “usurpación de funciones” y “forjamiento de documentos”. Desde el exilio, ha iniciado una gira internacional buscando apoyo político en países como Argentina, Uruguay y Estados Unidos, y ha prometido regresar para asumir la presidencia.
Observadores internacionales y denuncias de fraude
Organizaciones como el Centro Carter y un panel de la ONU declararon que las elecciones no cumplieron con los estándares mínimos de transparencia, calificándolas como no democráticas. Estas críticas fueron rechazadas por el Gobierno de Maduro, que insiste en la legitimidad de su victoria.
Apoyo militar y tensión en las calles
El ministro de Defensa, Vladímir Padrino, confirmó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) respaldará a Maduro en la toma de posesión. Por su parte, la líder opositora María Corina Machado, en la clandestinidad, instó a los militares a apoyar un cambio en el país.
Convocatorias del 10 de enero
El chavismo convocó movilizaciones masivas en Caracas y otros estados para respaldar a Maduro, mientras la oposición planea protestas dentro y fuera del país para reivindicar su triunfo. Aunque las manifestaciones opositoras han disminuido en intensidad, las vigilias exigen la liberación de los detenidos políticos y la restitución de la democracia.
El 10 de enero marcará un momento clave para el futuro político de Venezuela, con el país y la comunidad internacional observando de cerca el desarrollo de los acontecimientos.