SEÚL, 29 dic.- El accidente del vuelo 7C2216 de la aerolínea surcoreana Jeju Air se ha convertido en el peor siniestro de la aviación civil en Corea del Sur, con un saldo de 179 fallecidos y solo dos supervivientes. El avión, un Boeing 737-800, estalló tras aterrizar y salirse de pista en el aeropuerto de Muan.
El suceso ocurrió a las 09:03 (hora local), cuando el avión procedente de Bangkok aterrizó sin desplegar el tren de aterrizaje y chocó contra un muro, provocando una explosión que destruyó gran parte de la aeronave. De los 181 ocupantes, solo dos miembros de la tripulación sobrevivieron al impacto.
Detalles del Accidente
El vuelo transportaba a 175 pasajeros, en su mayoría surcoreanos que regresaban de vacaciones. Entre ellos se encontraban 93 mujeres, 82 hombres y 14 menores de edad. Las autoridades sospechan que la causa pudo ser un fallo técnico al desplegar el tren de aterrizaje, posiblemente provocado por una colisión con un pájaro.
Poco antes del aterrizaje, la torre de control emitió una alerta de colisión, y el piloto solicitó ayuda con una señal de “mayday”. Testimonios indican que el motor derecho podría haber sufrido daños previos al impacto.
Las dos cajas negras fueron recuperadas, aunque la grabadora de datos de vuelo presenta daños, lo que podría retrasar hasta seis meses la investigación.
Operativo de Rescate
Unos 2.800 efectivos participaron en las labores de rescate, pero las probabilidades de hallar más supervivientes eran mínimas debido a la explosión y la magnitud del impacto.
Repercusiones Nacionales
El presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, visitó el lugar del accidente, declaró la región de Muan como zona especial de desastre y anunció siete días de luto nacional. “Corea del Sur está unida en el dolor por esta tragedia”, expresó Choi.
El accidente ocurre en medio de una crisis política sin precedentes, con Choi asumiendo la presidencia interina tras la destitución del primer ministro y el presidente por el Parlamento.
Reacciones de Jeju Air
El consejero delegado de Jeju Air, Kim E-bae, se disculpó públicamente y prometió apoyo a las familias afectadas, aunque fue recibido con críticas por su tardanza en llegar al lugar del accidente. “Asumimos toda la responsabilidad, independientemente de las causas”, declaró Kim.
Este accidente marca un hito trágico en la historia de la aviación surcoreana, siendo el más mortífero registrado en el país, superando los siniestros de Korean Air en 1983 y 1997.