Washington, 26 dic (EFE).- A menos de un mes de asumir su segundo mandato, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado una ola de críticas internacionales al amenazar la soberanía territorial de varios países aliados, incluidos Panamá, México, Canadá y Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca. Las declaraciones, algunas en tono de broma y otras más directas, han generado preocupación sobre el rumbo de la política exterior estadounidense bajo su administración.

Crisis con el Canal de Panamá

Trump afirmó que buscará recuperar el control del Canal de Panamá si no se reducen las tarifas que se cobran a los barcos estadounidenses. En un discurso reciente en Arizona, calificó estas tarifas como una “estafa” y anunció que nominará a Kevin Marino Cabrera como embajador en Panamá, lo que fue interpretado como un gesto de presión.

El presidente panameño, José Raúl Mulino, rechazó categóricamente estas declaraciones, recordando que la soberanía del canal es innegociable, un principio establecido desde el traspaso del canal a Panamá el 31 de diciembre de 1999, según los Tratados Torrijos-Carter. Mulino recibió el respaldo de varios líderes latinoamericanos. Ante esto, Trump se burló en redes sociales, publicando una imagen del canal con una bandera estadounidense y el mensaje: “Ya lo veremos.”


Tensión con México: Narcotráfico y Migración

Trump anunció que designará a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, una medida que podría abrir la puerta a intervenciones militares en territorio mexicano. El Gobierno de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, advirtió que esta acción sería una línea roja infranqueable. Además, Trump amenazó con imponer aranceles a México y Canadá si no toman medidas más contundentes para reducir el tráfico de migrantes y drogas hacia Estados Unidos.


Bromas con Canadá y Groenlandia

El presidente electo también reavivó la polémica sobre Groenlandia, al sugerir que la isla es esencial para la seguridad nacional de Estados Unidos. Durante su primer mandato, ya había planteado la idea de comprar Groenlandia, lo que fue rechazado por Dinamarca y las autoridades groenlandesas.

En cuanto a Canadá, Trump bromeó con la posibilidad de anexarlo como el estado número 51 de Estados Unidos, refiriéndose al primer ministro Justin Trudeau como “gobernador”. Las declaraciones han sido tomadas con escepticismo, aunque algunos republicanos, como el congresista Carlos Giménez, advierten que estas ideas podrían esconder intenciones serias.


¿Maniobra o Realidad?

Analistas políticos debaten si las declaraciones de Trump son una táctica de distracción, una estrategia de negociación o un reflejo de intenciones reales. Sin embargo, la retórica ya ha tensado las relaciones con países aliados clave y plantea desafíos diplomáticos para su próximo mandato.

Trump asume la presidencia el 20 de enero, y las próximas semanas serán cruciales para determinar si estas amenazas se materializan o quedan como parte de su estilo provocador.

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