Puerto Príncipe (EFE), 25 dic.- Un violento ataque perpetrado por hombres armados de la coalición Vivre Ensemble sacudió este martes el centro de la capital haitiana, dejando como saldo la muerte de dos periodistas, un policía y siete comunicadores heridos. El suceso ocurrió en el principal hospital público de Puerto Príncipe, en vísperas de su ceremonia de reapertura.
«Este acto odioso contra una institución dedicada a la salud y la vida constituye un ataque inaceptable contra los fundamentos mismos de nuestra sociedad», afirmó el Gobierno en un comunicado oficial, prometiendo justicia para las víctimas y protección para el personal médico y los ciudadanos.
Compromiso del Gobierno y medidas inmediatas
El Gobierno haitiano aseguró que las fuerzas del orden trabajan de manera continua para restablecer el funcionamiento del hospital y garantizar su seguridad. Además, se comprometió a reforzar las infraestructuras críticas del país para prevenir futuros ataques.
«La próxima reapertura segura del Hospital Universitario del Estado de Haití será una prueba tangible de nuestra determinación de luchar contra las fuerzas del caos y defender los derechos de la población», subrayó el comunicado oficial.
Dolor en el sector sanitario
El ministro de Salud Pública, Duckensliquen Lorthe Blema, expresó su desolación durante una conferencia de prensa en la que se guardó un minuto de silencio por las víctimas. Con voz entrecortada, aseguró que garantizar el acceso a la salud es un derecho fundamental que no será abandonado.
«Hoy debe ser un día de esperanza para el pueblo haitiano, a pesar de los desafíos. Continuaremos trabajando para que cada haitiano reciba atención sanitaria digna», declaró el ministro.
Reacción de la sociedad y solidaridad
Las autoridades hicieron un llamado a la unidad y a la vigilancia ciudadana, destacando que solo mediante la solidaridad será posible superar estos episodios de violencia. El ataque evidenció la necesidad urgente de proteger las instituciones sensibles en Haití, un país que enfrenta una profunda crisis de seguridad.
El suceso marca un momento crítico en la lucha del Gobierno haitiano por estabilizar el país y garantizar servicios esenciales en medio de una ola de violencia que continúa afectando a la población.