BRASILIA, 19 dic.- El Senado de Brasil aprobó este miércoles una ley que prohíbe a los alumnos el uso de celulares en las escuelas, tanto en las aulas como durante el recreo, abarcando todas las etapas de la educación obligatoria en instituciones públicas y privadas.
La normativa, que ya recibió el visto bueno de la Cámara de Diputados y está pendiente de la sanción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, permitirá el uso de dispositivos electrónicos únicamente con fines «estrictamente pedagógicos».
Excepciones y medidas complementarias
La prohibición contempla excepciones para estudiantes que requieran el uso de celulares por motivos de «accesibilidad» o para atender necesidades relacionadas con su salud.
Además, la ley obliga a las escuelas a implementar estrategias para abordar problemas psicológicos entre los alumnos y educarlos sobre los riesgos del «uso inmoderado» de dispositivos electrónicos, considerando su impacto en el bienestar emocional.
Beneficios previstos
El senador Alessandro Vieira, ponente del proyecto, destacó que en los lugares donde ya se han adoptado medidas similares se ha observado una mejora en el desempeño escolar, la disciplina y una reducción del acoso escolar.
«Esta medida no solo protege a los estudiantes de distracciones innecesarias, sino que también fomenta un ambiente escolar más saludable», expresó Vieira.
Contexto y respaldo gubernamental
La iniciativa sigue los pasos de decisiones similares en el estado de São Paulo y la ciudad de Río de Janeiro, donde ya se aplican restricciones al uso de celulares en entornos escolares.
El Ministerio de Educación apoyó la medida, citando estudios que demuestran su impacto positivo en el desempeño académico y la salud mental de estudiantes y profesores. El ministro Camilo Santana subrayó la importancia de establecer límites: «La tecnología es importante, pero debe ser utilizada de manera responsable».
Un fenómeno global
Brasil se suma a países europeos como España, Italia y Francia, que han adoptado políticas similares en sus sistemas educativos, reflejando una tendencia creciente en Latinoamérica para reducir la dependencia tecnológica en los entornos escolares y priorizar el aprendizaje presencial y disciplinado.