Akron, Ohio, EE.UU., 15 dic. – A pocos meses de las elecciones presidenciales, las investigaciones sobre fraude electoral en Ohio, encabezadas por el secretario de gobierno Frank LaRose y el fiscal general Dave Yost, han llevado a la presentación de cargos contra solo nueve personas en un período de diez años. Los casos, que involucran a ciudadanos no estadounidenses que votaron por error, representan una mínima fracción de los 8 millones de votantes registrados en el estado.

Retórica versus realidad

Mientras los republicanos advirtieron a nivel nacional sobre posibles casos masivos de fraude por parte de no ciudadanos, la realidad en Ohio ilustra lo contrario. Según LaRose, de las 621 denuncias enviadas al fiscal general, solo una pequeña cantidad resultó en acusaciones.

El fiscal general Yost subrayó la importancia de proteger la integridad del voto. Sin embargo, los casos demuestran que no hay evidencia de un complot organizado para alterar las elecciones.

El caso de Nicholas Fontaine

Nicholas Fontaine, un residente permanente de 32 años nacido en Canadá y residente en Akron desde los dos años, enfrenta cargos por votar en 2016 y 2018. Según Fontaine, quien trabaja en la industria metalúrgica, se registró para votar en su adolescencia tras recibir información errónea y posteriormente recibió notificaciones de su lugar de votación.

En una entrevista, Fontaine afirmó que desconocía que estaba infringiendo la ley:
“Nunca habría votado ilegalmente intencionalmente. No tiene sentido hacerlo. ¿Por qué arriesgar todo por algo que eventualmente saldrá a la luz?”

En 2018, fue visitado por un oficial del Departamento de Seguridad Nacional, quien le informó que sus votos habían sido ilegales y le pidió no volver a votar. Fontaine aseguró que desde entonces cumplió con esa advertencia.

Impacto en los acusados

Los casos revelan que los individuos acusados actuaron de forma aislada, a menudo por desconocimiento de las reglas de elegibilidad. Algunos enfrentan graves consecuencias legales, incluida la deportación. Fontaine, quien nunca fue notificado formalmente de los cargos, se enteró de su situación por un reportero tras faltar a una audiencia judicial.

Un fenómeno poco común

Expertos en derecho electoral coinciden en que los casos de fraude electoral por parte de no ciudadanos son raros y no afectan los resultados de las elecciones. Ohio no es una excepción. Aunque las investigaciones buscan reforzar la confianza en el sistema electoral, los datos indican que el fraude no constituye un problema generalizado.

Con decenas de millones de votos emitidos en la última década, los casos de Ohio subrayan la necesidad de equilibrar la vigilancia electoral con una adecuada educación para evitar errores como los de Fontaine y otros involucrados.

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