WASHINGTON, 12 dic. – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizó este jueves un acto de clemencia sin precedentes en la historia moderna del país al conmutar las sentencias de aproximadamente 1.500 personas que fueron puestas en prisión domiciliaria durante la pandemia del coronavirus e indultar a 39 estadounidenses condenados por delitos no violentos.

Las conmutaciones beneficiaron a personas que pasaron al menos un año en confinamiento domiciliario tras su liberación de prisión, una medida adoptada para reducir la propagación del COVID-19 en centros penitenciarios. En el punto más crítico de la pandemia, 1 de cada 5 presos en EE. UU. había contraído el virus, según datos de The Associated Press.

En un comunicado, Biden destacó la importancia de dar segundas oportunidades:

“Estados Unidos se construyó sobre la promesa de posibilidades y segundas oportunidades. Como presidente, tengo el gran privilegio de conceder misericordia a quienes han demostrado arrepentimiento y rehabilitación”.

Perfil de los beneficiados y los indultos concedidos

Los indultados incluyen:

  • Una mujer que lideró equipos de respuesta a desastres naturales.
  • Un diácono que trabaja como consejero juvenil y de adicciones.
  • Un estudiante de doctorado en ciencias biomoleculares.
  • Un veterano militar condecorado.

Biden también ha tomado medidas significativas en favor de personas condenadas por posesión simple de marihuana en tierras federales, así como exmilitares condenados bajo leyes ahora derogadas contra la homosexualidad consensuada.

Críticas y desafíos políticos

El indulto más controvertido fue el concedido a su hijo, Hunter Biden, procesado por delitos fiscales y de armas. Esta decisión provocó críticas de diversos sectores, incluidos defensores de la justicia penal y legisladores, quienes argumentaron que el presidente debía emplear el mismo poder para ayudar a ciudadanos comunes. Según una encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC, solo 2 de cada 10 estadounidenses aprobaron esta medida.

Además, activistas han pedido al presidente que tome acciones más contundentes antes de dejar el cargo, incluyendo la conmutación de sentencias para prisioneros en el corredor de la muerte federal. Aunque Biden prometió durante su campaña abolir la pena de muerte, no tomó medidas definitivas en este sentido. Su fiscal general, Merrick Garland, pausó las ejecuciones, pero el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca podría reactivarlas.

Un uso estratégico del poder presidencial

Biden evalúa también la posibilidad de emitir indultos preventivos a personas involucradas en investigaciones relacionadas con los esfuerzos de Trump por anular los resultados electorales de 2020, aunque esta medida es poco común y podría sentar un precedente controvertido.

El presidente tiene previsto anunciar más actos de clemencia antes de abandonar el cargo el próximo 20 de enero, un uso de su poder ejecutivo que, según sus asesores, busca equilibrar la justicia y la reconciliación social.

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