Beirut, 10 dic.- Souhail Hamawi, un hombre libanés de 61 años, finalmente regresó a su hogar en la localidad costera de Chekka, en el norte del Líbano, tras haber pasado 33 años encarcelado en Siria, incluyendo 14 años en la infame prisión de Sednaya. Su liberación se produjo apenas dos días después de la caída del régimen de Bachar al Asad, quien huyó a Moscú tras una ofensiva insurgente que culminó con la toma de Damasco.
“El 8 de diciembre de 2024 es una nueva fecha de nacimiento”, afirmó Hamawi emocionado, describiendo su retorno como un renacer no solo para él, sino también para el pueblo sirio, que por primera vez en más de cinco décadas se encuentra libre del control de la familia Al Asad.
Una vida marcada por el sufrimiento
Hamawi fue detenido en 1992, cuando tenía 28 años y un hijo de apenas diez meses. Desde entonces, su vida quedó atrapada en un ciclo de “injusticia, miseria, tristeza y nostalgia”, según sus propias palabras. Durante su cautiverio, fue trasladado a diferentes cárceles sirias, incluidas instalaciones en Palestina y la temida prisión de Sednaya, gestionada por la Policía Militar siria.
Sednaya, ubicada a 30 kilómetros al norte de Damasco, se hizo tristemente célebre por su brutalidad. Según Amnistía Internacional, en sus instalaciones podrían haber estado detenidas entre 10.000 y 20.000 personas, sometidas a torturas y abusos extremos. Para Hamawi, la prisión fue su hogar forzado durante 14 años, hasta su traslado en 2015 a un centro penitenciario en la provincia costera de Latakia.
La caída de Al Asad: un nuevo capítulo para Siria y Hamawi
La liberación de Hamawi se produjo tras la ofensiva de los insurgentes sirios iniciada el pasado 27 de noviembre. Este avance culminó con el derrocamiento de Bachar al Asad y marcó el fin de 54 años de gobierno de la familia Al Asad en Siria.
“Gracias a cada persona que me ayudó para volver a ver a mi mujer, a mi hijo, a mi nuera y a mis nietos, que no conozco”, expresó Hamawi mientras era recibido por familiares y vecinos en Chekka, en una emotiva celebración que marcó el final de tres décadas de tortura y sufrimiento.
“Aquí termina mi viaje de tortura”, sentenció el hombre, quien ahora se enfrenta al desafío de reconstruir su vida y reconectar con una familia y un mundo que cambiaron mientras él permanecía tras las rejas.
La historia de Souhail Hamawi simboliza no solo el sufrimiento de miles de personas detenidas injustamente durante el régimen de Al Asad, sino también la esperanza de un nuevo comienzo para Siria y los que han sobrevivido a décadas de opresión.