Científicos en Puerto Rico revolucionan la conservación marina con corales artificiales en 3D

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San Juan, 10 dic.- Un innovador proyecto de la Sociedad Ambiente Marino (SAM) de Puerto Rico ha logrado plantar 12.000 corales artificiales impresos en 3D, fabricados con almidón de maíz, en los arrecifes de la isla de Culebra. Este esfuerzo busca restaurar los ecosistemas marinos y podría convertirse en un modelo replicable en otras regiones tropicales del mundo.

“Nos encantaría replicarlo no solo alrededor de la isla, sino en el Caribe y más allá, pero depende de los costos”, señaló Samuel Suleiman, presidente de SAM. El proyecto, que inició en 2020 y concluyó en septiembre de 2024, involucró la colocación de corales tridimensionales, naturales criados en viveros y estructuras mixtas a una profundidad de 10 metros.

Tecnología 3D al servicio de los océanos

Imprimir un coral tridimensional de hasta 60 centímetros requiere entre 4 y 10 horas. Para alcanzar la meta, SAM contó con el apoyo de impresoras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y empresas privadas. Además, colaboraron estudiantes, como una alumna de la Universidad de Bellas Artes que diseñó un coral con forma de cerebro en cerámica.

Los resultados han demostrado que los corales con colores vivos atraen mayor cantidad y diversidad de peces en comparación con los blancos, que los peces asocian con coral muerto. “Los corales de colores más vívidos como amarillo, violeta y azul comenzaron a traer una mayor diversidad”, explicó Suleiman.

Dos áreas de 100 metros cuadrados en los puntos Punta Tampico y Punta de Maguey en Culebra han visto un aumento significativo en la biodiversidad marina, con peces herbívoros que desempeñan un papel clave en mantener limpios los arrecifes.

Barreras naturales contra el cambio climático

Frances Candelas, bióloga marina de SAM, subrayó la importancia de los arrecifes para mitigar el impacto de fenómenos climáticos extremos. “El arrecife actúa como un escudo, reduciendo la fuerza de las olas durante huracanes”, comentó, destacando su relevancia en una región frecuentemente golpeada por tormentas intensas como el huracán María en 2017.

Los corales artificiales, fabricados con ácido poliláctico (PLA), un material biodegradable derivado del almidón de maíz, también están ayudando a combatir los efectos del cambio climático. Suleiman destacó que la iniciativa ha generado empleo para 10 personas y movilizado a más de 100 voluntarios.

Un futuro prometedor para la restauración marina

El equipo presentará sus hallazgos en el congreso Reef Futures en México este mes, mientras buscan financiación para expandir el proyecto. Además, SAM colabora con la NASA en nuevas iniciativas de investigación ambiental.

“Si no se actúa, estos corales están en peligro”, advirtió Suleiman, instando a la comunidad global a proteger y recuperar estos ecosistemas cruciales para la biodiversidad y la resiliencia frente al cambio climático.

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