Bogotá, 9 dic.- Las mujeres que trabajan como modelos webcam en estudios colombianos enfrentan condiciones laborales precarias, explotación sexual y abusos, según el informe publicado este lunes por Human Rights Watch (HRW). El documento, titulado “Aprendí a decir no”, detalla las vulneraciones de derechos laborales y humanos tras 18 meses de investigación en Bogotá, Medellín, Cali y Palmira.
Colombia: epicentro de la industria webcam
Colombia lidera la industria global de modelos webcam, con miles de mujeres trabajando en estudios que prometen altos ingresos pero que frecuentemente operan bajo condiciones insalubres y opresivas. HRW reporta jornadas de hasta 18 horas diarias, cubículos antihigiénicos y presiones constantes para realizar actos sexuales no consentidos.
“La explotación sexual no es inherente al trabajo de las modelos webcam, pero los riesgos en los estudios colombianos son extremadamente altos,” afirmó Erin Kilbride, investigadora de HRW.
Kilbride denunció que la multimillonaria industria de las cámaras web ha evitado el escrutinio de los abusos laborales en su cadena de suministro.
Testimonios de abuso y precariedad
El informe documenta historias como la de María, una modelo de 33 años que trabaja en un cubículo de 1×2 metros en un estudio de Bogotá. Relata las condiciones antihigiénicas y la constante vigilancia de los propietarios, quienes la acosaban para cumplir demandas extremas de los clientes.
“Un espectador quería que simulara una violación y yo no quería, pero necesitaba el dinero. Los dueños me acosaban constantemente cuando me negaba,” contó María.
Otra modelo transgénero mencionó que fue forzada a continuar con una actuación sexual pese a experimentar dolor extremo. El informe también narra casos de modelos obligadas a realizar actos riesgosos, como introducirse objetos peligrosos.
Condiciones laborales abusivas
HRW destaca que los estudios retienen entre el 50 % y el 70 % de los ingresos generados por las modelos, mientras estas enfrentan multas por pausas para comer o ir al baño, además de espacios plagados de cucarachas y falta de ventilación.
“Los trabajadores desarrollaron sarpullidos e infecciones debido a las condiciones insalubres y carecían de apoyo en materia de salud mental,” subraya el informe.
Las entrevistadas afirmaron haber ingresado voluntariamente a esta industria, pero muchas se sintieron engañadas respecto a los términos laborales, salarios y actos que se les exigieron.
Recomendaciones y llamado a la acción
HRW insta al Gobierno colombiano a regular la industria webcam para garantizar derechos laborales y proteger a las trabajadoras del abuso y la explotación sexual. Asimismo, pide un mayor escrutinio de las plataformas de transmisión y su responsabilidad en la supervisión de las condiciones de trabajo en los estudios.
El informe busca visibilizar una problemática que afecta a miles de mujeres en Colombia y en el mundo, resaltando la necesidad de medidas concretas para garantizar un entorno laboral digno y seguro para quienes eligen trabajar en esta industria.