Ciudad de México, 1 de noviembre de 2024 – La festividad más emblemática de México, el Día de Muertos, comenzó en la madrugada de este viernes en el pintoresco barrio de Xochimilco, donde el color y el aroma característicos de estas fechas se mezclan con la colocación del altar de San Gregorio. Este evento reúne a la comunidad en el cementerio de San Gregorio de Atlapulco, donde las flores de cempasúchil, con su distintivo tono anaranjado, llenan el ambiente de alegría y solemnidad.
Desde la tarde del jueves, familias y amigos se han congregado para honrar y recordar a sus seres queridos. Con música, cánticos, dulces como el pan de muerto, y momentos de reflexión en silencio, la comunidad celebra la vida de quienes han partido. José Luis Flores Ávila, junto a su nieto, compartió la razón de su visita: “Nos reunimos aquí en recuerdo de mi nieta, María de Jesús Flores Rosales”. La familia ha dedicado canciones del folclore mexicano en honor a la pequeña.
La festividad inicia con una jornada dedicada a los niños fallecidos, con la tradición de colocar juguetes en los altares y escuchar canciones infantiles. “Mientras sigamos recordándolos, ellos nunca van a morir. Venimos haciendo este pequeño homenaje”, expresó Flores, resaltando el valor de mantener viva la memoria de los que han partido.
Cientos de familias se han reunido en torno a las tumbas, decoradas con esmero para la ocasión. La mezcla de lágrimas y risas, de emociones encontradas, crea un ambiente especial en el que la comida y la bebida son esenciales para sobrellevar la noche. “Vamos a seguir cultivando esta tradición como cultivar una semilla para que crezca la planta”, dijo Flores, un ejemplo del legado que se pasa de generación en generación.
El Día de Muertos es, sin duda, la festividad mexicana más conocida a nivel internacional, con películas como Coco que han popularizado su significado. Para muchos mexicanos, esta fecha es la más importante del año. Christopher Barrientos, quien acudió junto a su hermana para honrar a sus hermanos, compartió su conexión emocional con esta celebración. “Para mí es una fecha muy importante porque nos volvemos a reencontrar con nuestros seres queridos”, comentó.
Christopher ha aprendido desde pequeño a cuidar las tumbas de sus seres queridos, y considera que es vital mantener vivas estas tradiciones: “Es una tradición muy asentada que debemos de pasar a nuestros hijos, a nuestros nietos, porque eso no debe de morir”.
Así como en Xochimilco, eventos como este se llevan a cabo en todo México, cada región y barrio con su toque particular, pero todos con el mismo propósito: asegurar que la memoria de los antepasados no caiga en el olvido.