Ginebra, 26 oct. – La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado un preocupante descenso en el uso de condones entre adolescentes sexualmente activos, exponiéndolos a mayores riesgos de infecciones de transmisión sexual, abortos inseguros y embarazos no planificados. Según el último informe de la Oficina Regional para Europa, la proporción de jóvenes que usa protección en sus relaciones ha caído drásticamente en los últimos ocho años, un cambio alarmante para la salud pública.
El informe, que es parte del estudio sobre Comportamiento de Salud en Niños en Edad Escolar, recopiló datos de más de 242,000 adolescentes de 15 años de 42 países de Europa, Asia Central y Canadá entre 2014 y 2022. Los resultados revelan una caída en el uso de condones del 70% al 61% en niños y del 63% al 57% en niñas en su última relación sexual. Además, cerca de un tercio de los encuestados no utilizó ni condones ni métodos anticonceptivos orales en su última relación, aumentando significativamente el riesgo de consecuencias para su salud sexual y reproductiva.
Impacto de la Falta de Educación Sexual
La OMS destaca que la falta de educación sexual integral en las escuelas es un factor clave en el aumento de prácticas sexuales sin protección. En muchos países, la educación sexual sigue siendo inadecuada o inexistente, e incluso, en algunas regiones, enfrenta una creciente resistencia bajo el argumento de que incentiva el comportamiento sexual prematuro. Sin embargo, el doctor Hans Kluge, director regional de la OMS para Europa, desmintió estos mitos, afirmando que el acceso a información adecuada contribuye a decisiones responsables y, en última instancia, a mejores resultados en salud.
“El brindar a los jóvenes la educación sexual adecuada no solo mejora su bienestar general, sino que ayuda a reducir los costos de salud, y previene la interrupción de sus estudios y el impacto negativo en sus trayectorias profesionales”, señaló Kluge.
Desigualdades Socioeconómicas y Mayor Vulnerabilidad
El informe también revela diferencias significativas basadas en el nivel socioeconómico de las familias. Los adolescentes de familias con menores ingresos tienen más probabilidades de no usar protección en sus relaciones sexuales, lo que los coloca en una situación de mayor vulnerabilidad. Este hallazgo subraya la necesidad de estrategias inclusivas en las políticas de salud pública que permitan a todos los adolescentes, independientemente de su situación económica, acceder a los recursos necesarios para su salud y bienestar.
Embarazos No Planificados en Adolescentes: Una Realidad Persistente
A nivel global, los embarazos en adolescentes siguen siendo una preocupación. En 2019, se estimó que 21 millones de jóvenes de entre 15 y 19 años en países de ingresos medios y bajos quedaron embarazadas, de las cuales aproximadamente el 50% no deseaba el embarazo, y 12 millones de estos embarazos resultaron en nacimientos. Esta situación no solo refleja una falta de acceso a métodos anticonceptivos seguros, sino también una brecha educativa que urge cerrar para reducir los altos índices de embarazos tempranos.
“Es esencial empoderar a los adolescentes para que tomen decisiones informadas sobre su salud sexual, lo cual en última instancia protegerá su bienestar general”, concluyó Kluge, resaltando que el acceso a la educación y a métodos anticonceptivos efectivos es una responsabilidad global.
Ante este panorama, la OMS llama a los países a fortalecer sus programas de educación sexual y de acceso a métodos de protección para combatir esta tendencia negativa y salvaguardar la salud y el futuro de la juventud.