Washington, 19 oct.- La carrera presidencial en Estados Unidos se intensificó este viernes en el estado de Míchigan, donde la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump están prácticamente empatados en las encuestas, a solo 18 días de las elecciones. Ambos candidatos se lanzaron en una frenética búsqueda del voto obrero, considerado decisivo en este estado clave para definir el futuro político del país.

Harris inició su jornada en Grand Rapids, una ciudad ubicada en el conservador condado de Kent, en el oeste de Míchigan. En 2016, Trump logró imponerse allí, pero en 2020, el presidente Joe Biden consiguió ganar este territorio. Durante su discurso, la vicepresidenta prometió revitalizar la industria automotriz del estado e instó a los ciudadanos a no dejarse llevar por las “promesas vacías” de Trump.

“Renovaremos las fábricas existentes, contrataremos mano de obra local y trabajaremos con los sindicatos para crear empleos bien remunerados. Empleos que no requieran un título universitario”, aseguró Harris, apelando a la clase trabajadora.

El agotamiento de Trump se convierte en un tema de campaña

Aunque hace meses la atención se centraba en la edad de Biden, ahora con su retiro de la contienda, los 78 años de Trump han comenzado a ser un tema de debate. Harris aprovechó la oportunidad para cuestionar la capacidad de Trump para manejar la presión de la campaña, tras informes de que el expresidente ha cancelado compromisos debido al agotamiento.

“Si estás agotado en la campaña, eso genera dudas sobre si estás preparado para el trabajo más difícil del mundo”, afirmó la vicepresidenta en un acto en Lansing, donde se reunió con miembros del sindicato United Auto Workers, y luego cerró su jornada con un mitin en el condado de Oakland, en las afueras de Detroit.

El voto obrero y la reconstrucción del ‘muro azul’

Míchigan, junto con Pensilvania y Wisconsin, forma parte del llamado ‘muro azul’, tradicionalmente controlado por los demócratas, pero que Trump logró conquistar en 2016. Harris enfrenta varios desafíos en este estado predominantemente obrero, incluyendo la reticencia de los sindicatos a apoyarla con el mismo entusiasmo que en elecciones anteriores y el distanciamiento de la comunidad árabe, crítica del apoyo de la Casa Blanca a Israel en el conflicto con Gaza.

En su mitin en Detroit, Trump se dirigió a la clase trabajadora, en un intento de reconquistar el voto que lo llevó a la presidencia en 2016. Su regreso a la ciudad fue marcado por las polémicas declaraciones que hizo la semana pasada, cuando advirtió que “todo el país acabará como Detroit” si Harris llega al poder, refiriéndose a la crisis económica que ha azotado a la ciudad durante años.

Las encuestas reflejan un empate técnico entre ambos candidatos en Míchigan, con Harris ligeramente por delante con el 47,5 % frente al 47,2 % de Trump, según el promedio de encuestas de FiveThirtyEight. Con una diferencia tan estrecha, Míchigan, que cuenta con 8,4 millones de votantes, se perfila como uno de los estados más disputados. En 2016, Trump ganó por un margen de apenas 11.000 votos, mientras que Biden se impuso en 2020 con una ventaja de 155.000 votos.

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