París, 10 oct.- El nuevo ministro francés del Interior, Bruno Retailleau, ha delineado su plan para abordar la inmigración en el país, buscando facilitar las expulsiones de extranjeros y regularizar la situación de aquellos que residen en Francia. En una entrevista publicada hoy en Le Parisien, Retailleau enfatizó la necesidad de “recuperar el control” sobre la inmigración, argumentando que esta medida responde a las inquietudes de los franceses.

Retailleau destacó la importancia de implementar una estrategia internacional que permita presionar a los países de origen para que acepten las expulsiones de delincuentes o migrantes indocumentados. Actualmente, menos del 10% de las expulsiones dictadas por las autoridades francesas se llevan a cabo, un obstáculo que el ministro pretende superar mediante negociaciones que involucren concesiones de visados, ayudas al desarrollo y aranceles sobre productos de esos países.

Asimismo, el ministro contempla la posibilidad de utilizar “países de tránsito” para enviar a personas que no pueden ser devueltas a sus países de origen, como Afganistán, debido a las normas actuales que impiden su envío a lugares donde podrían enfrentar peligro.

En el ámbito de la Unión Europea, Retailleau planea revisar la directiva de retorno, que establece condiciones mínimas para las expulsiones en los 27 países miembros. También busca adelantar en seis meses la implementación del pacto sobre inmigración y asilo, que fue adoptado en mayo por el Parlamento Europeo y se espera que entre en vigor en enero de 2026.

En el plano nacional, el ministro enviará a los prefectos dos circulares en las próximas semanas. Una de ellas sustituirá la directriz del exministro socialista Manuel Valls, que establecía las condiciones para la regularización de inmigrantes indocumentados. Retailleau pretende restringir esta regularización, haciéndola “a cuentagotas” y basada en criterios de empleo y de integración.

Cuando se le preguntó sobre el impacto económico que podría tener la expulsión de inmigrantes que están trabajando, Retailleau mencionó que actualmente hay medio millón de extranjeros en paro en Francia. “¿Seguimos cerrando los ojos ante el trabajo clandestino? Cuando hay personas que han venido de forma regular y están en paro, debemos ocuparnos de ellos, formarlos y darles cualificación”, afirmó el ministro.

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