Foxborough, 21 de septiembre — Los New England Patriots seguirán confiando en el veterano Jacoby Brissett como su quarterback titular, al menos por otra semana, antes de que el novato seleccionado en la primera ronda del draft, Maye, asuma el control de la ofensiva. El entrenador en jefe Jerod Mayo confirmó la decisión el viernes, un día después de la dura derrota del equipo por 24-3 ante los New York Jets.
“Sigue siendo el statu quo”, declaró Mayo, reafirmando la confianza en Brissett. “Jacoby sigue siendo nuestro quarterback titular, y tenemos que estar listos para apoyarlo. Hay 11 jugadores allá afuera en la ofensiva; esto es un esfuerzo colectivo”.
Después de un comienzo sorpresivamente prometedor, que incluyó una victoria sobre Cincinnati y una emocionante prórroga contra Seattle, los Patriots sufrieron un descalabro en su primer enfrentamiento de la División Este de la Conferencia Americana. Brissett tuvo una actuación difícil, completando 12 de 18 pases para 98 yardas y siendo capturado en cinco ocasiones, lo que lo llevó a salir cojeando tras recibir uno de los 10 golpes que le propinaron en el encuentro.
“Así es el fútbol americano. Se supone que debo recibir golpes. No me metí a este deporte para no ser golpeado, así que realmente no le presto atención a ello”, comentó Brissett, reconociendo la presión constante que enfrentó debido a una línea ofensiva diezmada por lesiones.
El quarterback elogió a sus compañeros de la línea, quienes lucharon a pesar de las adversidades: “Esos muchachos están sudando la gota gorda. Y me quito el sombrero ante ellos. No es un trabajo sencillo. Honestamente, yo no quiero ese trabajo. Los respeto por salir y dar su mejor esfuerzo”.
En los últimos cinco minutos del partido, Brissett fue reemplazado por el novato Maye, quien tuvo un debut complicado, completando 4 de 8 pases para 22 yardas, pero también fue capturado en dos ocasiones durante su única serie ofensiva.
Mayo consideró mantener al novato fuera del campo para protegerlo, pero decidió que era una buena oportunidad para que obtuviera experiencia en un momento crucial. “Pensé que era una muy buena oportunidad para él de entrar y obtener un poco de experiencia”, admitió el entrenador.
En términos de desempeño, no es un buen signo cuando el pateador de despeje se convierte en la figura destacada del partido. Bryce Baringer tuvo una actuación sólida, promediando 49 yardas en cinco despejes, con tres de ellos colocados dentro de la yarda 20 de los Jets.
Sin embargo, la línea ofensiva, que había mostrado una mejoría en los primeros dos partidos, colapsó en el encuentro contra los Jets. Las siete capturas sufridas igualaron la mayor cantidad permitida por el equipo desde que Scott Zolak y Hugh Millen fueron derribados ocho veces por los Colts de Indianápolis en 1992.
Con el futuro del equipo en juego y la presión creciendo, los Patriots se preparan para enfrentar nuevos desafíos en las próximas semanas, buscando encontrar la estabilidad necesaria para competir en la difícil División Este.