Lima, 14 sep. – La familia del fallecido expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) transformó este sábado la misa de cuerpo presente en un acto político, con la conocida canción de campaña “El ritmo del Chino”, adaptada en versión fúnebre, y gritos de apoyo a su hija Keiko Fujimori, quienes la aclamaban como “presidenta”.
El evento tuvo lugar en el Gran Teatro Nacional, adyacente al Ministerio de Cultura, donde el exmandatario fue velado con honores de Estado, acompañado por miles de simpatizantes fujimoristas. La ceremonia se extendió algunos minutos más tras la intervención de los hijos de Fujimori, quienes han sido figuras activas en la política peruana.
Kenji Fujimori, excongresista y condenado por tráfico de influencias, fue el primero en hablar, entre lágrimas. Defendió el legado de su padre, conocido como “el Chino”, afirmando que a pesar de sus detractores, su memoria perdurará. “Nunca va a morir ‘el Chino’. A los adversarios de mi padre: ‘el Chino’ jamás va a morir”, proclamó, mientras los asistentes coreaban que fue “el mejor presidente” del Perú.
Kenji también agradeció al expresidente Pedro Pablo Kuczynski por el indulto que concedió a Fujimori en 2017, lo que le permitió salir de prisión, donde cumplía condena por corrupción y delitos de lesa humanidad. Estos crímenes incluyen varias masacres y el controvertido caso de las esterilizaciones forzadas de miles de mujeres, juicios que quedaron inconclusos tras su muerte.
Keiko Fujimori, tres veces candidata presidencial y quien actuó como primera dama durante el gobierno de su padre, también tomó la palabra. Se dirigió a Fujimori “frente a su pueblo peruano” mientras los presentes la ovacionaban como “presidenta”. Sin derramar lágrimas, Keiko destacó los logros atribuidos a su padre, como el fin de la hiperinflación y el terrorismo que afectaban al país.
Sobre las condenas judiciales contra su padre, Keiko afirmó que Fujimori había ganado “el juicio de la Historia”, ignorando las sentencias humanas y destacando el respaldo de sus seguidores. “Papito, el pueblo peruano te ha absuelto”, aseguró, sin mencionar a las víctimas de las políticas y crímenes cometidos durante su mandato.
En un gesto de reconciliación con su hermano Kenji, quien fue clave en la obtención del indulto, Keiko señaló que ambos permanecerán “unidos para siempre”, lo que fue recibido con gritos de “unidad” por los presentes. También prometió seguir reivindicando la obra política de su padre.
Keiko agradeció a Kuczynski por el indulto y al Tribunal Constitucional por ratificar en dos ocasiones la libertad de Fujimori. Asimismo, expresó gratitud a la presidenta Dina Boluarte por haber respaldado la liberación de su padre, desafiando las presiones nacionales e internacionales, incluida la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El ataúd de Alberto Fujimori fue retirado mientras sonaba la tradicional versión de “El baile del Chino”, una canción que ha acompañado la historia del fujimorismo en innumerables mítines.