Washington, 28 junio.- El primer debate presidencial de la campaña electoral estadounidense se celebró anoche en Atlanta, marcado por un enfrentamiento tenso entre el expresidente Donald Trump y el actual mandatario Joe Biden. Las reacciones no se hicieron esperar: mientras Biden se defiende de las críticas y afirma haber tenido una buena actuación, el Comité Nacional del Partido Republicano acusa al presidente de “avergonzar” a Estados Unidos y cuestiona su capacidad cognitiva debido a su “deterioro”.
Durante el debate, transmitido por CNN, Trump no solo habló de sus logros y desafíos legales sino que también lanzó ataques personales hacia Biden, llamándolo “delincuente convicto” y “mentiroso”. Por su parte, Biden se centró en criticar las políticas y la integridad de Trump, prometiendo “mantenerlo fuera de la Casa Blanca”.
Michael Whatley, presidente del Comité Nacional Republicano, expresó que Biden está “demasiado débil” para ejercer como comandante en jefe, mientras que Trump, en una exhibición de confianza, compartió un video en su red social criticando la capacidad de Biden para gobernar.
El debate también fue un campo de batalla para las declaraciones audaces, con Trump acusando a Biden de ser un “presidente manchurio pagado por Pekín”. Biden y su equipo, en respuesta, elaboraron una lista de las “cincuenta mentiras” que afirmaron que Trump dijo durante el debate, incluyendo declaraciones falsas sobre la economía, política exterior, y su conducta personal.
Los demócratas y republicanos están ahora más polarizados que nunca, con cada lado destacando las debilidades percibidas del otro, desde el estado cognitivo de Biden hasta las controversias legales y morales de Trump.
Por otro lado, el candidato independiente Robert F. Kennedy Jr., quien no participó en el debate, criticó a ambos candidatos por no abordar los temas que realmente importan a los estadounidenses, sugiriendo que Trump y Biden representan intereses corporativos similares.
Este primer cara a cara entre Trump y Biden no ha dejado indiferente a nadie, estableciendo el tono para una campaña que promete ser intensamente disputada. Ambos candidatos continúan técnicamente empatados en las encuestas, y los analistas no anticipan que este debate vaya a cambiar significativamente la dinámica de la carrera hacia las elecciones del 5 de noviembre.