Toronto (Canadá), 19 de junio.- El Gobierno de Canadá ha tomado una medida decisiva al designar a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán como grupo terrorista, intensificando su postura contra lo que considera actividades terroristas. En una conferencia de prensa, el ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc, comunicó que esta acción subraya el compromiso de Canadá de usar todas las herramientas posibles para combatir la amenaza que representa esta entidad.
Con esta designación, entra en vigencia una serie de medidas restrictivas, incluyendo la capacidad de la policía canadiense de procesar a cualquier persona que brinde apoyo financiero o material a la Guardia Revolucionaria. Además, los bancos en Canadá tienen ahora la autoridad para congelar cualquier activo asociado a este grupo.
La ministra de Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, también intervino en la rueda de prensa, instando a todos los ciudadanos canadienses que se encuentren en Irán a que abandonen el país lo más pronto posible ante el riesgo de posibles represalias.
Este movimiento sigue a la aprobación unánime en mayo de una moción por la Cámara de los Comunes del Parlamento canadiense, que solicitaba la inclusión de la Guardia Revolucionaria de Irán en la lista negra de organizaciones terroristas del país. La decisión ha sido largamente esperada por la oposición y por las familias de las víctimas canadienses del derribo del Vuelo 752 de Ukraine Airlines en 2020 por un misil iraní, quienes han presionado al primer ministro Justin Trudeau para que tomara esta medida.
La Guardia Revolucionaria, establecida tras la Revolución Islámica de 1979 en Irán, ha sido designada como organización terrorista por varios países, con Estados Unidos incluyendo a su Fuerza Quds en 2007 y posteriormente a toda la Guardia bajo la administración de Donald Trump en 2019.
Este acto refuerza las sanciones previas de Canadá contra varios miembros de la Guardia Revolucionaria iraní y sigue a declaraciones previas de Justin Trudeau sobre la evaluación de medidas adicionales contra el grupo. Este desarrollo marca un paso significativo en la política exterior de Canadá y sus esfuerzos por combatir el terrorismo internacional.