Rusia defiende prueba de misil nuclear “imparable” y acusa a Occidente de amenazar su seguridad

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Moscú, 27 de octubre de 2025.– Rusia defendió este lunes la prueba de su nuevo misil nuclear Burevestnik, que, según afirma, no puede ser interceptado por defensas aéreas, argumentando que se trata de una medida necesaria para proteger sus intereses de seguridad nacional. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, insistió en que el país “trabaja consistentemente para garantizar su propia seguridad” ante lo que describió como una creciente presión militar de Occidente.

Las declaraciones se producen después de que Estados Unidos y Europa aumentaran la presión sobre Vladímir Putin para que negocie el fin de la invasión de Ucrania. El presidente estadounidense Donald Trump instó a su homólogo ruso a “centrarse en lograr la paz” en lugar de continuar con demostraciones de fuerza.

El misil, conocido por la OTAN como Skyfall, habría recorrido más de 14.000 kilómetros en una reciente prueba, según un video oficial difundido por el Kremlin en el que Putin aparece vestido con ropa de camuflaje escuchando un informe del jefe del Estado Mayor ruso.

El anuncio coincidió con una nueva ronda de sanciones estadounidenses contra el sector energético ruso y mayores compromisos europeos de ayuda militar a Ucrania, elevando aún más las tensiones entre Moscú y Occidente.

Peskov negó que la prueba fuera una respuesta directa a las sanciones, pero subrayó que “garantizar la seguridad es un asunto vital para Rusia, especialmente ante el sentimiento militarista europeo”.

Durante un viaje oficial a Asia, Trump calificó de “inapropiada” la retórica de Putin sobre misiles y afirmó que la guerra en Ucrania “debería haber durado una semana y ahora está entrando en su cuarto año”.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, acusó a la administración Trump de cambiar su postura respecto a las negociaciones de paz, recordando que en reuniones previas el mandatario estadounidense había expresado su deseo de un acuerdo a largo plazo sin imponer un cese al fuego inmediato.

Las nuevas sanciones, que podrían entrar en vigor el 21 de noviembre, buscan aumentar la presión económica sobre Moscú. Paralelamente, Lavrov recibió en Moscú a la canciller de Corea del Norte, Choe Son Hui, en una muestra del acercamiento entre ambos regímenes, mientras Pyongyang continúa enviando efectivos, artillería y misiles para apoyar a Rusia.

En el frente, las fuerzas ucranianas resisten los intensos combates en Pokrovsk, donde el ejército ruso ha intentado sin éxito tomar la ciudad del este del país. Según el 7.º Cuerpo de Reacción Rápida de Ucrania, en los últimos dos días repelieron 42 ataques enemigos, reforzando sus posiciones con artillería y drones.

El Ministerio de Defensa ruso informó que sus sistemas de defensa aérea interceptaron 193 drones ucranianos sobre distintas regiones, incluidos 34 que se dirigían hacia Moscú. Los aeropuertos Domodedovo y Zhukovsky fueron cerrados temporalmente durante la noche, sin que se reportaran víctimas ni daños en la capital.

Por su parte, la fuerza aérea ucraniana denunció que Rusia lanzó 100 drones Shahed, de los cuales 26 alcanzaron sus objetivos. La empresa eléctrica DTEK anunció cortes de emergencia en Kiev y Dnipropetrovsk debido a los ataques, mientras la población continúa enfrentando las consecuencias de una guerra que parece no tener fin.

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