Miami, 3 julio.- A pesar de ser esenciales para el funcionamiento económico de Estados Unidos, donde el 70 % de los productos se transportan por carretera, los camioneros latinos denuncian condiciones laborales abusivas, bajos salarios y exposición a cargas peligrosas sin protección ni información adecuada. Aunque representan el 22 % de los conductores del país, muchos se sienten más “esclavos” que “reyes de la carretera”, como prometen los anuncios de reclutamiento.
Con una escasez crónica de camioneros que se estima en 80.000 y que podría duplicarse para 2030, el gobierno de Donald Trump ha endurecido los requisitos lingüísticos, exigiendo dominio del inglés, lo que podría complicar aún más el panorama para los conductores hispanos.
“Esclavos del siglo XXI”
“Somos el motor de los Estados Unidos, pero se nos explota cada día más y se nos paga menos”, afirmó el cubano Eldys O’Reilly, con una década trabajando en Texas. Casos como el del mexicano Oscar Lobos, atropellado por otro conductor agotado y hoy reconvertido en agente de carga, muestran la precariedad: “Antes se pagaban 900 dólares por transportar arena; hoy, apenas 300, incluyendo combustible y largas horas de espera”, denunció.
Los conductores pueden llegar a trabajar hasta 70 horas semanales por apenas 1.000 dólares. “Podrían ganar lo mismo en un McDonald’s y sin los riesgos”, comentó Billy Randel, líder del Truckers Movement for Justice.
Salarios promedio | EE.UU. | México |
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Principiantes (anual) | $41,000 | $4,800 |
Conductores experimentados | Hasta $83,000 | — |
Jornada semanal | Hasta 70 hrs | >49 hrs |
Fuente: Talent.com / Secretaría de Economía de México
Invisibles y expuestos
Según Lisette Silva, radicada en Austin, las grandes empresas califican a los camioneros por su sumisión: quienes nunca faltan o aceptan turnos nocturnos obtienen mejores condiciones. Pero para la mayoría, el trabajo implica largas esperas, sin pagos adicionales ni condiciones dignas.
El abuso alcanza niveles críticos en el transporte de materiales peligrosos. Conductores como José ‘Chema’ Chávez denuncian que muchas veces no se les informa del tipo de carga, ni se les entregan elementos básicos de protección. Algunos transportan desechos radiactivos sin certificación Hazmat ni conocimiento de los riesgos.
“Un camión puede contener más de 2.000 veces el límite legal de radiactividad, y nadie te lo dice”, advierte Marco Mery, quien trabaja en la frontera con Texas. Una inspección podría costarle la licencia y multas de hasta 28.000 dólares.
Enfermedades y agotamiento extremo
El agotamiento crónico, la falta de descanso y la alimentación precaria también generan un grave deterioro en la salud de los camioneros. Enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad son comunes. Jaime Vaquera, conductor en Kermit (Texas), lo vive en carne propia: “Manejo 640 kilómetros al día, los siete días de la semana. He llegado a esperar 30 horas sin comer por una descarga, y nadie paga ese tiempo”.
La situación ha motivado una creciente alianza entre camioneros y organizaciones ambientalistas, que exigen mejores condiciones, capacitación, y sobre todo, protección legal y sanitaria frente al transporte de cargas peligrosas.
Una crisis silenciosa en marcha
Con cada vez menos incentivos para ingresar al oficio y condiciones que rozan la explotación, la industria del transporte por carretera en EE.UU. enfrenta una crisis que amenaza su propia sostenibilidad. Y en el centro del problema están miles de camioneros latinos que, mientras mueven la economía del país, luchan cada día contra la precariedad, la invisibilidad y el riesgo.