Madrid, 22 jun.- La administración española presentó este miércoles la ‘Guía Andrea sobre pornografía para profesionales y mediadores juveniles’, un documento que busca facilitar a adultos —profesores, educadores y familias— las herramientas necesarias para abordar con adolescentes la difícil conversación sobre el consumo de pornografía, un fenómeno cada vez más precoz y normalizado.
La guía, elaborada por el grupo de investigación Viosex y presentada en el Ministerio de Igualdad, se centra en cinco objetivos clave: concienciar sobre los efectos de la pornografía, desarrollar un pensamiento crítico, fomentar una sexualidad saludable, prevenir conductas nocivas y violentas, y ofrecer estrategias para que la juventud pueda reducir o eliminar el consumo de contenidos pornográficos.
El documento plantea preguntas dirigidas a los jóvenes, invitándolos a reflexionar sobre su consumo: si es por interés real, para encajar socialmente, o por hábito; y cómo afecta a sus relaciones personales, estudios o bienestar emocional. Además, busca derribar mitos comunes, como que el porno es una escuela para aprender a tener relaciones sexuales saludables o que representa la realidad de la sexualidad.
La guía subraya que para la mayoría de los jóvenes la pornografía es el primer contacto con el sexo, dada la carencia de una educación afectivo-sexual adecuada en el hogar y la escuela. En este sentido, advierte que el contenido pornográfico distorsiona la comprensión de la sexualidad y está relacionado con la perpetuación de la violencia sexual.
Datos oficiales reflejan la gravedad del problema: la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez Perza, indicó que la edad media de acceso a pornografía es de apenas 10 años y que a los 16, el 98 % de los chicos y el 78 % de las chicas ya buscan activamente este contenido.
Martínez Perza advirtió sobre los impactos negativos de la pornografía en la violencia sexual y afirmó que no se puede ignorar esta realidad. La guía pretende dotar a profesionales y familias de recursos para hablar de sexualidad y pornografía con “claridad, naturalidad y tranquilidad”, favoreciendo un diálogo abierto y constructivo con la juventud.