CARACAS, 26 de mayo.- Lo que alguna vez fue un movimiento político respaldado por millones de venezolanos hoy se ha transformado en un régimen autoritario desgastado, cuyo único sostén es la represión, el control institucional y el miedo. El chavismo, que emergió como una fuerza social impulsada por el carisma de Hugo Chávez y el descontento generalizado de los años noventa, ha perdido más de la mitad de sus votos históricos en poco más de una década, reflejando un colapso político y moral que deja al desnudo la crisis de legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro.


El Ascenso y Caída del Voto Chavista

En su apogeo, durante las elecciones presidenciales de 2012, Hugo Chávez logró movilizar a más de 8,1 millones de venezolanos, con una participación que superó el 80%. Aunque ya existían denuncias sobre desigualdades entre oficialismo y oposición —como el uso abusivo de los medios públicos y recursos estatales—, el chavismo aún contaba con un amplio respaldo popular, especialmente entre sectores populares que veían en el liderazgo de Chávez una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida.

Sin embargo, tras la muerte de Chávez en 2013, el chavismo comenzó a mostrar signos de agotamiento bajo el liderazgo de Nicolás Maduro. Su primera victoria electoral, en abril de ese año, fue ajustada: apenas 7,5 millones de votos, frente a los 7,3 millones obtenidos por Henrique Capriles Radonski, líder opositor. Desde entonces, el descenso ha sido constante:

  • 2015 (Asamblea Nacional): 5.599.025 votos.
  • 2017 (Regionales): 5.688.551 votos.
  • 2018 (Presidencial, cuestionada): 6.288.430 votos.
  • 2020 (Asamblea Nacional): 4.331.388 votos.
  • 2021 (Municipales y regionales): 4.070.169 votos.
  • 2024 (Presidencial): 3.316.142 votos* (*con más del 83% de mesas escrutadas).

Este retroceso representa una pérdida de casi cinco millones de votos en doce años, un declive dramático que evidencia cómo el chavismo ha perdido su conexión con las bases sociales que alguna vez lo sostuvieron.


La Erosión de las Bases Sociales

El deterioro del chavismo no solo es numérico; también es cualitativo. Sectores que antes apoyaron fervientemente al movimiento, como trabajadores, sindicatos, comunidades indígenas y clases populares, han abandonado al régimen debido a la emergencia humanitaria, la corrupción y la falta de soluciones reales a los problemas cotidianos.

La migración masiva de más de 8 millones de venezolanos desde 2015 ha profundizado esta desconexión. Quienes permanecen en el país enfrentan salarios mínimos de menos de 5 dólares mensuales, hospitales sin insumos básicos y una infraestructura pública en ruinas. En este contexto, el discurso de “soberanía” y “justicia social” del chavismo ha quedado vacío, incapaz de convencer incluso a sus antiguos seguidores.


El Fraude Electoral de 2024: El Punto de Quiebre

Las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 marcaron un punto de inflexión. Aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el régimen, proclamó a Maduro como ganador, numerosas denuncias de fraude y la publicación de más del 85% de las actas oficiales revelaron una realidad diferente:

  • Edmundo González Urrutia (oposición): 7.446.394 votos (67,05%).
  • Nicolás Maduro (oficialismo): 3.386.215 votos (30,49%).

Estos resultados, respaldados por la mayoría democrática y liderados por figuras como María Corina Machado, dejaron en evidencia que el chavismo ya no cuenta con el respaldo popular. Sin embargo, la dictadura se negó a reconocer estos datos, profundizando la crisis institucional y política en Venezuela.


Un Régimen Sostenido por el Miedo

El chavismo actualmente no es un movimiento político, sino una estructura autoritaria que depende de tres pilares fundamentales para mantenerse en el poder:

  1. Control Institucional: Manipulación del CNE, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y otros organismos clave para garantizar resultados favorables.
  2. Represión Sistemática: Persecución de líderes opositores, cierre de medios independientes y uso de las fuerzas de seguridad para intimidar a la población.
  3. Clientelismo y Amenazas: Programas como los CLAP y bonificaciones estatales son utilizados para chantajear a empleados públicos y beneficiarios, obligándolos a votar por el oficialismo bajo amenaza de perder sus ingresos.

Incluso con estos mecanismos de control, el voto oficialista se redujo a niveles mínimos en 2024, demostrando que ni el fraude técnico ni las tácticas coercitivas lograron revertir el rechazo masivo al régimen.


El Último Refugio del Chavismo

Hoy, el núcleo de poder del chavismo ya no reside en las bases populares, sino en:

  • La cúpula militar, que mantiene el monopolio del uso de la fuerza.
  • Los organismos de inteligencia, responsables de la persecución política.
  • Aliados extranjeros, como Rusia, China e Irán, que brindan apoyo financiero y diplomático.
  • Las mafias vinculadas al Arco Minero, que controlan actividades ilícitas y financian parte del aparato estatal.

Esta alianza entre militares, funcionarios corruptos y redes criminales ha convertido al chavismo en un régimen deslegitimado, que sobrevive únicamente mediante la coerción y la exclusión.


Conclusión: El Fin de una Era

El chavismo, que alguna vez prometió transformar a Venezuela en un modelo de justicia social y soberanía, ha terminado siendo una sombra de sí mismo. Su caída vertiginosa en términos de apoyo popular y su conversión en un régimen autoritario demuestran que el proyecto político fundado por Hugo Chávez está agonizando.

Aunque Nicolás Maduro sigue ocupando el poder, lo hace en un país donde el pueblo ha dejado de creer en su proyecto. La abstención masiva, las protestas silenciosas y los resultados electorales reales —ocultados por el régimen— prueban que el chavismo ya no tiene futuro en Venezuela. Lo que queda por ver es si el colapso total del régimen traerá consigo una transición democrática o si, por el contrario, la cúpula militar optará por perpetuar el autoritarismo bajo nuevas formas.

El legado del chavismo será recordado no como una revolución exitosa, sino como un experimento fallido que llevó a Venezuela al abismo.

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