CIUDAD DEL VATICANO / LIMA, 8 de mayo.— El mundo católico celebra la elección del cardenal Robert Prevost, quien asume el papado bajo el nombre de León XIV, convirtiéndose en el primer papa estadounidense en la historia de la Iglesia Católica. Sin embargo, su identidad también lo vincula profundamente con Perú, donde ha dejado una huella imborrable como obispo de Chiclayo y ciudadano peruano.


El Anuncio en la Plaza de San Pedro

El tradicional grito de “¡Habemus Papam!” resonó en la Plaza de San Pedro tras la aparición de humo blanco desde la chimenea de la Capilla Sixtina alrededor de las 11:00 a.m. (hora peruana). Minutos después, el decano del Colegio Cardenalicio anunció la elección de Robert Prevost, quien eligió el nombre de León XIV.

En su primer mensaje como pontífice, León XIV expresó emocionado:

“La paz sea con ustedes.”
Y añadió con especial afecto:
“Un saludo de modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo.”

Este emotivo reconocimiento ha generado una oleada de alegría en Perú, especialmente en la región de Lambayeque, donde Prevost sirvió como obispo durante ocho años.


¿Quién es Robert Prevost?

Nacido en Chicago, Estados Unidos, en 1955, Prevost es miembro de la Orden de San Agustín y ha dedicado su vida al servicio pastoral, académico y administrativo dentro de la Iglesia Católica. Su vínculo con Perú comenzó en la década de 1980, cuando fue enviado como misionero agustino a Chulucanas, en Piura. Allí trabajó estrechamente con comunidades locales, aprendiendo el idioma y adaptándose a las costumbres regionales.

En 2015, Prevost fue nombrado obispo de la Diócesis de Chiclayo, cargo que ocupó hasta 2023. Durante su tiempo en Perú, adquirió la nacionalidad peruana, obtenida formalmente el 24 de agosto de 2015, según confirmaron tanto el Reniec como la Superintendencia Nacional de Migraciones.

En 2023, el papa Francisco lo designó como prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los roles más influyentes en la estructura vaticana. Este mismo año, fue elevado al rango de cardenal, consolidando su posición como un líder destacado dentro de la Iglesia.


El Doble Vínculo: Estados Unidos y Perú

Prevost es una figura única por su doble nacionalidad y su profundo arraigo en dos culturas. En Perú, su labor pastoral fue ampliamente reconocida. En 2022, recibió la Medalla de Oro de Santo Toribio de Mogrovejo, la distinción más alta del Episcopado Peruano, en reconocimiento a su servicio a la Iglesia en el país.

Su elección como papa ha generado orgullo tanto en Estados Unidos como en Perú. Desde Chiclayo, cientos de fieles se han reunido en la catedral para celebrar su nombramiento, recordando sus mensajes de fe, esperanza y compromiso social durante su tiempo como obispo.


El Cónclave y la Elección Histórica

Prevost fue elegido en el segundo día del cónclave, tras varias rondas de votación. Su elección marca un hito no solo por ser el primer papa estadounidense, sino también por su condición de ciudadano peruano, lo que lo convierte en un puente entre América Latina y Occidente.

Durante el cónclave, Prevost fue visto como un candidato moderado y cercano al legado del papa Francisco. Su experiencia en temas pastorales, administrativos y su conocimiento del clero latinoamericano lo posicionaron como un líder capaz de continuar las reformas iniciadas por su predecesor.


Reacciones en Perú

Las autoridades peruanas y la comunidad católica han celebrado la elección de Prevost. La Superintendencia Nacional de Migraciones confirmó que Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015, destacando su compromiso con el país andino.

Desde Chiclayo, los feligreses recuerdan su estilo cercano y su dedicación a las comunidades vulnerables. En declaraciones previas, Prevost expresó su gratitud por haber servido en Perú:

“Solo puedo dar gracias a Dios por haberme permitido trabajar aquí,” dijo durante una ceremonia en la que fue condecorado.


Expectativas para el Pontificado de León XIV

El nuevo papa enfrentará desafíos globales significativos, incluyendo la continuidad de las reformas internas de la Iglesia, la lucha contra la pobreza y la promoción del diálogo interreligioso. Su experiencia en América Latina y su liderazgo en el Vaticano sugieren que buscará fortalecer la Iglesia en regiones donde ha perdido influencia.

Además, su doble nacionalidad y su trayectoria multicultural podrían inspirar nuevas formas de unidad dentro de la Iglesia Católica, conectando a fieles de diferentes contextos geográficos y culturales.


Conclusión: Un Papa del Mundo

La elección de León XIV representa un momento histórico para la Iglesia Católica. Con raíces en Estados Unidos y Perú, su pontificado promete ser un puente entre continentes y culturas. Desde Chiclayo hasta Chicago, su elección ha despertado esperanza y entusiasmo, reafirmando el papel global de la Iglesia en un mundo cada vez más diverso.

“Estamos llamados a caminar juntos,” concluyó León XIV en su discurso inaugural, subrayando su compromiso con la unidad y el diálogo en un mundo fragmentado.


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