Maestros en la Frontera Sur de México Crean Programa para Educar a Niños Migrantes

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TAPACHULA, México, 7 de abril — En respuesta al aumento significativo de migrantes menores de edad varados en la frontera sur de México, un grupo de maestros ha creado el Programa de Educación Migrante del estado de Chiapas (Pemch), una iniciativa que brinda educación a niños y adolescentes migrantes que han perdido meses o años de escolaridad durante su travesía hacia Norteamérica. Este programa busca garantizar que estos niños no se queden atrás en su desarrollo educativo mientras enfrentan las incertidumbres de la migración irregular.


Un Refugio Educativo en Tapachula

En Tapachula, la principal ciudad mexicana en la frontera con Centroamérica, tres maestros están al frente de este esfuerzo, ofreciendo clases de preescolar, primaria y secundaria a través del Pemch. La iniciativa también se ha replicado en otros municipios clave del estado de Chiapas, como San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Palenque, Comitán y otras localidades fronterizas.

Según el profesor Pablo Arriaga Velázquez, coordinador del programa en Tapachula, esta iniciativa surge ante la creciente presencia de menores migrantes en la región, quienes a menudo enfrentan barreras para ingresar a las escuelas regulares debido a su situación migratoria o falta de documentación.

«Estamos recibiendo a todas las nacionalidades: tenemos alumnos de Cuba, Haití, Honduras, El Salvador, Guatemala, Brasil y Venezuela, muchos alumnos», explicó Arriaga a EFE.

El programa atiende actualmente a unos 1.345 alumnos migrantes, distribuidos en fincas y albergues, con el apoyo de 35 docentes comprometidos con esta causa. Para el nivel medio superior (bachillerato o preparatoria), hay 238 migrantes inscritos en escuelas particulares, telebachilleratos estatales y preparatorias públicas.


Un Aumento Dramático en la Migración Infantil

El programa fue impulsado por un incremento alarmante en la migración irregular de menores de edad. Según datos de la Unidad de Política Migratoria del Gobierno mexicano, entre enero y agosto de 2024 se detectó un aumento interanual del 70,6 % en la migración irregular de personas entre 0 y 17 años, con un total de 108.444 menores de edad. Desde 2018, el incremento en la migración infantil y adolescente ha sido del 514 %, según cifras reportadas por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM).

Este fenómeno ha dejado a miles de niños y adolescentes fuera de las aulas, poniendo en riesgo su futuro educativo y profesional. Ante esta crisis, el Pemch se ha convertido en un refugio para familias migrantes que buscan mantener a sus hijos en el sistema educativo.


Testimonios de Gratitud

Para muchas familias migrantes, el acceso a la educación es un alivio crucial en medio de la incertidumbre. María, una madre salvadoreña, expresó su gratitud por el programa:

«Bastante (agradecida) porque somos migrantes y a los niños les ayuda mucho. Las escuelas regulares ya terminaron su ciclo escolar (de inscripciones), y tenemos que ponerlos a estudiar; no podemos dejar que pierdan el año escolar», dijo María a EFE.

Ella y su familia intentaban llegar a Estados Unidos, pero se quedaron varados tras los anuncios del presidente Donald Trump, quien ha impuesto nuevas restricciones migratorias, incluyendo deportaciones masivas, el posible “cierre” de la frontera y la eliminación de la aplicación CBP One, que permitía solicitar asilo desde el sur de México.

«Nosotros íbamos a Estados Unidos, pero nos quedamos porque se acabó la ‘CBP One’. La idea era entrar lo más legalmente posible. Hemos tramitado nuestros papeles migratorios y estamos a la espera de que salgan», relató María.


Sentirse Como en Casa

El programa no solo ofrece educación, sino también un sentido de pertenencia y acogida para los migrantes. Denisse Lugardo Escobar, directora de Relaciones Internacionales y Desarrollo Transfronterizo de Tapachula, destacó que desde su oficina se vinculan a niños y jóvenes de entre 8 y 10 años con escuelas federales que brindan apoyo educativo.

Por su parte, Ángeles François, una migrante haitiana que trabaja en Tapachula, ha inscrito a su hija en la escuela primaria federal 29, buscando ofrecerle un futuro mejor en México. Ángeles compartió su experiencia positiva en el país:

«Antes de venir acá (Tapachula), tenía una amiga que vivía en México. Me dijo que es un país normal, donde no hay tanto racismo, como hay en otros países», comentó.

«Me siento como en mi casa. Me tratan bien en el trabajo donde estoy, me hablan bien, son como hermanos para mí», agregó.


Un Futuro Mejor para los Niños Migrantes

El Programa de Educación Migrante de Chiapas representa una luz de esperanza para miles de niños y adolescentes migrantes atrapados en la incertidumbre de la frontera sur. Más allá de garantizar su derecho a la educación, el programa busca integrar a estas familias en comunidades locales, ofreciéndoles un espacio seguro donde puedan sentirse valorados y respetados.

En un contexto marcado por políticas migratorias cada vez más restrictivas y la creciente vulnerabilidad de los migrantes, iniciativas como el Pemch demuestran la importancia de la solidaridad y el compromiso con los derechos humanos. Gracias a estos esfuerzos, los niños migrantes tienen la oportunidad de seguir aprendiendo y soñando con un futuro mejor, incluso en medio de las dificultades de su travesía.


Conclusión: Educación como Puente para la Esperanza

La labor de los maestros en Chiapas no solo está transformando la vida de los niños migrantes, sino también enviando un mensaje claro: la educación es un derecho fundamental que no debe verse truncado por las circunstancias. En un mundo donde millones de personas están en movimiento, iniciativas como el Pemch son esenciales para construir sociedades más inclusivas y resilientes.

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