SAO PAULO, 7 de abril — El expresidente brasileño Jair Bolsonaro reunió este domingo a miles de simpatizantes en una multitudinaria manifestación en la icónica Avenida Paulista, en lo que fue su primer acto público desde que la Corte Suprema decidió enjuiciarlo hace dos semanas por un supuesto intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022. Durante el evento, Bolsonaro acusó a los jueces del máximo tribunal de perseguirlo políticamente y pidió apoyo para sus seguidores condenados por la invasión a los poderes públicos en Brasilia en enero de 2023.


Un Líder en el Ojo del Huracán Judicial

En un discurso cargado de retórica confrontacional, Bolsonaro criticó duramente a la Corte Suprema, a la que acusó de querer silenciarlo permanentemente:

“Lo que los tipos quieren de verdad no es encerrarme: me quieren matar, porque soy una espina en su garganta”, afirmó, refiriéndose a los magistrados que lideran el proceso judicial en su contra.

El expresidente (2019-2022) enfrenta cargos relacionados con una supuesta trama golpista dirigida a impedir la asunción del actual presidente de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, tras perder las elecciones de octubre de 2022. Según la fiscalía, Bolsonaro buscó cuestionar sin pruebas la fiabilidad del sistema electoral brasileño. De ser hallado culpable, podría recibir una sentencia de hasta 40 años de prisión.


La Multitud Responde: Apoyo Incondicional

Según estimaciones de la Universidad de Sao Paulo, alrededor de 45.000 personas se congregaron en la Avenida Paulista, superando ampliamente las 18.000 que acompañaron a Bolsonaro en un acto similar realizado en Río de Janeiro en marzo. Los manifestantes vestían camisetas de la selección brasileña de fútbol y ropas verdes y amarillas, símbolos cooptados por el movimiento bolsonarista.

Vendedores ambulantes ofrecían máscaras del expresidente estadounidense Donald Trump, biblias, banderas de Estados Unidos e Israel, países cuyos gobiernos Bolsonaro ha elogiado repetidamente durante su carrera política.

Las consignas coreadas por la multitud incluyeron frases como:

  • “¡No hubo golpe!”
  • “¡Vuelve, Bolsonaro!”
  • “¡Lula ladrón!”

El acto estuvo marcado por discursos patrióticos y religiosos, con oradores que llamaron a resistir contra lo que denominaron una “persecución ideológica” por parte del gobierno de izquierda.


Michelle Bolsonaro: Un Discurso Dirigido a las Mujeres

Uno de los momentos más emotivos del mitin fue cuando la ex primera dama Michelle Bolsonaro tomó la palabra. Dirigiéndose especialmente al público femenino, Michelle declaró:

“Nosotras somos más de la mitad de la población, ¡nosotras definimos una elección!”

Durante su intervención, Michelle y varias mujeres en la audiencia exhibieron lápices labiales, un nuevo símbolo del movimiento bolsonarista inspirado en Débora Rodrigues, una seguidora de Bolsonaro que pasó dos años en prisión preventiva por vandalizar una estatua con labial durante las protestas de enero de 2023. Rodrigues recientemente obtuvo el beneficio de arresto domiciliario, pero su caso sigue siendo emblemático para la base bolsonarista.

Carteles irónicos con mensajes como “¡Cuidado! Usar esta arma te condena a 14 años” hacían referencia al papel del lápiz labial como símbolo de resistencia dentro del movimiento.


Demanda de Amnistía para los Condenados

Uno de los puntos centrales del acto fue la exigencia de una amnistía para los condenados por participar en la invasión de las sedes de los tres poderes públicos en Brasilia el 8 de enero de 2023, días después de que Lula asumiera la presidencia. Bolsonaro estaba en Estados Unidos en ese momento, pero la oposición lo señala como el principal instigador de la violencia.

Hasta ahora, más de 500 personas han sido condenadas por estos hechos, principalmente por delitos graves como la abolición violenta del estado democrático de derecho. Sin embargo, el bolsonarismo carece de suficiente apoyo parlamentario para aprobar una ley de amnistía.

Durante el evento, Bolsonaro reunió en el palco a siete gobernadores aliados, entre ellos Tarcísio de Freitas, gobernador de Sao Paulo y considerado un posible candidato presidencial en futuras elecciones.


Ambiciones Futuras: Candidatura en 2026

A pesar de estar inhabilitado para competir en elecciones hasta 2030 debido a su cuestionamiento infundado al sistema electoral, Bolsonaro insiste en que buscará la presidencia en 2026. Comparó su situación con la de otros líderes globales de derecha, como Marine Le Pen, quien fue inhabilitada en Francia por malversación de fondos.

“Si creen que voy a desistir o huir, están equivocados”, declaró Bolsonaro, reiterando su intención de permanecer activo en la política.

Para muchos de sus seguidores, Bolsonaro sigue siendo el único candidato viable para la derecha brasileña. Paulo Almeida, un dentista de 59 años presente en la manifestación, expresó:

“El candidato (de la derecha) es Bolsonaro, y si después él decide otra cosa, el pueblo va a acompañar.”


Una Base Leal, Pero Dividida

Aunque el acto demostró la capacidad de Bolsonaro para movilizar a grandes masas, su futuro político sigue siendo incierto. La falta de apoyo suficiente en el Congreso para avanzar con propuestas como la amnistía evidencia las limitaciones del movimiento bolsonarista dentro del sistema político tradicional.

Sin embargo, para sus seguidores, Bolsonaro sigue siendo un ícono inquebrantable. Sérgio Lima, un jubilado de 65 años, afirmó emocionado:

“Si Bolsonaro va preso, me voy a apostar desarmado frente a la cárcel, sólo con mi fe en Dios y mi bandera.”


Conclusión: Un País Polarizado

La manifestación en Sao Paulo subraya la profunda polarización que atraviesa Brasil. Mientras Bolsonaro y sus seguidores denuncian una persecución política liderada por la izquierda, el gobierno de Lula enfrenta la tarea de mantener la estabilidad institucional ante una oposición cada vez más radicalizada.

El juicio contra Bolsonaro será una prueba clave para la democracia brasileña, ya que determinará si el expresidente puede seguir operando como una fuerza política central o si será marginado del escenario político. Por ahora, su base leal sigue firme, convirtiendo cada acto público en una muestra de resistencia contra lo que perciben como una amenaza al legado bolsonarista.

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