CIUDAD DE PANAMÁ, 27 de marzo.- El Gobierno de Panamá anunció este jueves que concedió un salvoconducto al expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014), quien se encuentra asilado en la Embajada de Nicaragua desde el 7 de febrero de 2024 tras ser condenado a más de 10 años de prisión por blanqueo de capitales. El documento, válido hasta el 31 de marzo de 2025, permitirá a Martinelli viajar a Nicaragua, donde fue otorgado su asilo político.
El Anuncio del Canciller
Durante una declaración oficial, el canciller panameño Javier Martínez-Acha explicó que el salvoconducto fue emitido “a partir de hoy, 27 de marzo de 2025” y tiene un plazo improrrogable que finaliza a la medianoche del 31 de marzo del mismo año. “Para la ejecución del traslado, amparado bajo el salvoconducto, se contará con los buenos oficios del Ministerio de Relaciones Exteriores”, añadió Martínez-Acha.
La decisión llega después de que Martinelli se refugiara en la Embajada de Nicaragua argumentando que su vida corría peligro y que era víctima de persecución política. Según informó su portavoz, Luis Eduardo Camacho, el expresidente solicitó asilo debido a la confirmación de la sentencia judicial que lo declaró culpable del delito de blanqueo de capitales en el caso conocido como ‘New Business’, relacionado con la compra de un conglomerado de medios con dinero público. La pena incluye una multa de 19,2 millones de dólares.
Denuncia de Martinelli Antes del Anuncio
Minutos antes de que el canciller hiciera el anuncio oficial, Martinelli utilizó sus redes sociales para denunciar la presencia de agentes de la unidad “antiterrorismo” de Panamá en las inmediaciones de la Embajada nicaragüense. “Están allá afuera, yo no sé si quieren asaltar la embajada, yo no sé si me quieren hacer algo indebido y desconozco las razones”, expresó el exmandatario, generando incertidumbre sobre su seguridad personal.
Cambio de Postura del Gobierno Panameño
Esta decisión marca un giro significativo en la postura oficial de Panamá respecto al caso de Martinelli. Durante el gobierno anterior de Laurentino Cortizo (2019-2024), se había negado el salvoconducto argumentando disposiciones de la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933, que establecen que los asilados no deben continuar ejerciendo actividades políticas mientras residen en una sede diplomática.
Sin embargo, bajo el actual mandato del presidente José Raúl Mulino, quien llegó al poder en mayo de 2024 con el apoyo de Martinelli, el Ejecutivo decidió aprobar el salvoconducto. Según Martínez-Acha, esta decisión se tomó considerando “los tiempos de la justicia” y “las exigencias de salud” del expresidente.
Controversias Durante el Asilo
La estancia de Martinelli en la Embajada de Nicaragua ha estado rodeada de polémica. A pesar de las normas internacionales que prohíben involucrarse en asuntos políticos mientras se está bajo asilo, el exmandatario mantuvo una activa participación en la política doméstica panameña. Además, se realizaron diversas remodelaciones en la sede diplomática para adecuarla a sus necesidades, lo que generó críticas tanto dentro como fuera del país.
Otros Casos Legales Pendientes
Además del caso ‘New Business’, Martinelli enfrenta otras acusaciones legales. En Panamá aún tiene pendiente un proceso por blanqueo de capitales relacionado con el escándalo de corrupción de Odebrecht, mientras que en España está imputado en dos investigaciones: una vinculada a sobornos pagados por la constructora española FCC y otra por la interceptación ilegal de comunicaciones de una mujer en Mallorca.
Reacciones y Perspectivas Futuras
El otorgamiento del salvoconducto cierra un capítulo complejo en la relación entre Panamá y Martinelli, pero abre nuevos interrogantes sobre su futuro en Nicaragua y su posible influencia en la política regional. Mientras tanto, la decisión del gobierno panameño ha sido interpretada como un intento de resolver una situación incómoda que ha polarizado al país durante más de un año.
Martinelli, de 73 años, tendrá ahora la oportunidad de abandonar Panamá y establecerse en Nicaragua, donde goza del respaldo del régimen de Daniel Ortega, aliado político clave durante su período de asilo. Sin embargo, su salida no elimina las responsabilidades legales que aún enfrenta en otros países ni las críticas por su papel en casos de corrupción que han marcado su legado político.
Conclusión
El salvoconducto otorgado a Ricardo Martinelli representa una solución temporal a una crisis diplomática y judicial que ha generado división en Panamá. Aunque permite al exmandatario evitar el cumplimiento de su sentencia en prisión, también refleja las tensiones entre la justicia, la política y las relaciones internacionales. Queda por ver cómo evolucionará su situación en Nicaragua y si logrará escapar definitivamente de los procesos legales que aún lo persiguen.