CARACAS, 20 de marzo.— El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó este miércoles intensificar las acciones diplomáticas para garantizar el retorno de migrantes venezolanos detenidos en Estados Unidos, tras la reciente deportación de más de 200 ciudadanos hacia El Salvador bajo acusaciones de pertenecer a la organización criminal Tren de Aragua. Maduro denunció estas acciones como una “humillación” y una violación de los derechos humanos.
Acciones Diplomáticas para Garantizar Vuelos de Repatriación
Durante un discurso público, Maduro anunció que ha dado instrucciones al enviado especial para las negociaciones con Washington, Jorge Rodríguez, para aumentar los esfuerzos diplomáticos con el fin de repatriar a todos los venezolanos afectados.
«He ordenado incrementar todas las acciones diplomáticas para traernos a todos los venezolanos y venezolanas de los Estados Unidos. (…) Vamos a regresar todos los migrantes», afirmó el mandatario.
Asimismo, informó que este jueves aterrizarán en Venezuela 306 personas que vienen vía aeropuerto de México, como parte del programa de repatriación impulsado por su gobierno.
La Postura de EE.UU.: Sanciones y Deportaciones Masivas
El Departamento de Estado de EE.UU. advirtió este miércoles que aplicará «sanciones nuevas, severas y progresivas» a Venezuela si el país no acepta recibir nuevos vuelos con migrantes deportados. Esta advertencia surge después de que Caracas condenara el envío de más de 200 venezolanos a El Salvador sin una vista judicial previa.
Washington justificó esta medida argumentando que los deportados forman parte del Tren de Aragua, una organización criminal señalada como terrorista por la administración de Donald Trump. Sin embargo, Maduro rechazó estas acusaciones, calificándolas de infundadas y políticamente motivadas.
En una rueda de prensa, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, aseguró que el Tren de Aragua está «estrechamente asociado» con el régimen de Maduro, una narrativa que ha sido reiterada por la Casa Blanca. Según EE.UU., estos migrantes fueron enviados a El Salvador bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, invocada por Trump para acelerar las deportaciones masivas.
Maduro Denuncia Persecución y Violación de Derechos Humanos
El líder chavista criticó duramente las acciones del gobierno estadounidense, describiendo el traslado de los migrantes a El Salvador como un «secuestro» y una «crueldad» contra jóvenes trabajadores.
«He pedido al presidente Donald Trump que cese su persecución y su violación de derechos humanos contra nuestros migrantes», declaró Maduro, quien también responsabilizó al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, de ser cómplice de estas acciones.
Maduro calificó el traslado de los venezolanos a El Salvador como una «humillación» y un acto de «injusticia», afirmando que fueron enviados a lo que describió como un «campo de concentración». Aunque no presentó pruebas específicas, insistió en que los migrantes deportados no tienen vínculos con actividades criminales.
El Papel de Nayib Bukele
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, se ofreció a encarcelar a los migrantes venezolanos deportados bajo la acusación de pertenecer al Tren de Aragua. Este gesto fue visto por Maduro como una complicidad con las acciones de EE.UU., lo que generó tensiones adicionales entre Caracas y San Salvador.
«Le pido al presidente Nayib Bukele que no sea cómplice de este secuestro ni de esta crueldad contra nuestros migrantes», dijo Maduro, defendiendo a los deportados como «jóvenes trabajadores» que merecen protección y respeto.
Un Conflicto con Implicaciones Políticas y Humanitarias
El caso ha exacerbado las tensiones entre Venezuela y EE.UU., profundizando la división política y diplomática entre ambos países. Mientras Washington insiste en vincular a los migrantes deportados con el Tren de Aragua, Maduro niega cualquier conexión y acusa a EE.UU. de usar estas acusaciones como pretexto para atacar a su gobierno.
El uso de la Ley de Enemigos Extranjeros por parte de Trump ha generado controversia internacional, ya que permite deportaciones masivas sin garantías judiciales, lo que ha sido criticado como una violación de los derechos humanos. Además, el papel de Bukele en este proceso ha generado preocupaciones sobre la creciente cooperación entre EE.UU. y El Salvador en temas migratorios.
Conclusión: Un Caso de Intereses Cruzados
La disputa refleja un choque de intereses entre EE.UU., que busca desmantelar redes criminales transnacionales, y Venezuela, que denuncia una campaña política contra su gobierno. Para Maduro, la prioridad es proteger a sus ciudadanos en el extranjero, mientras que Washington ve en estas acciones una oportunidad para presionar al régimen chavista.
Mientras tanto, los migrantes venezolanos se encuentran atrapados en medio de este conflicto geopolítico, enfrentando incertidumbre sobre su futuro y el riesgo de ser utilizados como fichas en una partida diplomática. Como expresó Maduro:
«Vamos a luchar por cada venezolano y venezolana en el mundo. No permitiremos que nadie los humille ni los persiga».
El mundo observa ahora cómo evolucionará esta crisis y si habrá espacio para una solución humanitaria que priorice el bienestar de los afectados.