CIUDAD DE MÉXICO, 19 de marzo.— La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó este miércoles que los planes de inversión de la empresa china BYD, el mayor fabricante mundial de autos eléctricos, “nunca fueron formales”, tras reportes de prensa sobre un posible freno a la construcción de una futura planta en territorio mexicano debido a tensiones geopolíticas con Estados Unidos.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum respondió a las preguntas sobre el tema con contundencia:
«Tienen una inversión propuesta, pero nunca fue algo formal», declaró la mandataria.
El Reporte del Financial Times
La declaración de Sheinbaum se produce después de que el diario británico Financial Times (FT) informara el martes que las autoridades chinas están retrasando la aprobación de la nueva planta que BYD planea construir en México. Según el FT, el Ministerio de Comercio de China teme que la tecnología avanzada de BYD pueda terminar en manos de Estados Unidos debido a la cercanía geográfica y económica entre México y su vecino del norte.
Fuentes anónimas citadas por el rotativo indicaron que China considera que México tendría acceso sin restricciones a los sistemas y técnicas desarrolladas por BYD, lo que podría derivar en una transferencia indirecta de esta tecnología a EE.UU., especialmente bajo la presidencia de Donald Trump, conocido por su postura proteccionista y crítica hacia las inversiones chinas en América del Norte.
Desmentido Presidencial
A pesar de que BYD anunció en 2023 sus planes para construir una fábrica en México, con la capacidad de producir 150,000 vehículos al año y generar 10,000 empleos, Sheinbaum minimizó la relevancia del proyecto. Según la presidenta, hasta ahora no existe una oferta formal de inversión por parte de la empresa china.
«Nosotros, como hemos dicho, se puede invertir en México, pero siempre privilegiamos el tema comercial», subrayó Sheinbaum, destacando que el gobierno mexicano prioriza el cumplimiento del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como las relaciones comerciales con sus socios norteamericanos.
En este contexto, Sheinbaum también señaló que el mercado interno mexicano tiene características distintas, aunque reconoció que BYD ha mostrado interés en expandirse en el país. En 2024, la empresa vendió más de 40,000 vehículos eléctricos en México y anunció su objetivo de duplicar ese volumen en 2025, además de abrir 30 nuevos concesionarios.
Tensiones Geopolíticas y el Papel de EE.UU.
El caso de BYD refleja las tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos, con México atrapado en medio de esta disputa. Durante su campaña y desde su regreso a la presidencia, Donald Trump ha criticado duramente las inversiones chinas en territorio mexicano, argumentando que podrían poner en riesgo la seguridad tecnológica y económica de EE.UU.
Estas críticas han generado un ambiente de incertidumbre para empresas como BYD, que buscan aprovechar la creciente demanda de vehículos eléctricos en América Latina y posicionarse en mercados estratégicos como el mexicano. Sin embargo, las preocupaciones de China sobre la posible filtración de tecnología avanzada a EE.UU. complican aún más el panorama.
¿Qué Sigue para BYD en México?
Aunque BYD ha demostrado un interés significativo en el mercado mexicano, las declaraciones de Sheinbaum sugieren que el proyecto de la planta aún está lejos de materializarse. La falta de claridad sobre la formalidad de la inversión y las tensiones geopolíticas podrían retrasar o incluso cancelar los planes de la empresa china.
Por otro lado, el gobierno mexicano enfrenta la difícil tarea de equilibrar sus intereses comerciales con China y su relación estratégica con EE.UU. dentro del marco del T-MEC.
«Hasta ahora no ha tenido (BYD) una oferta formal de inversión», remarcó Sheinbaum, dejando en claro que el proyecto aún no es una prioridad para su administración.
Conclusión: Un Futuro Incierto
El caso de BYD en México ilustra cómo las decisiones geopolíticas y comerciales pueden impactar directamente las inversiones extranjeras en el país. Aunque la empresa china ha mostrado un sólido desempeño en el mercado mexicano, con ventas récord y planes de expansión, la falta de claridad sobre la inversión de la planta y las tensiones internacionales plantean serias dudas sobre el futuro del proyecto.
México, por su parte, debe navegar cuidadosamente entre las presiones de EE.UU. y las oportunidades que representan las inversiones chinas, asegurando que cualquier decisión tome en cuenta tanto el desarrollo económico nacional como las relaciones diplomáticas regionales.
El tiempo dirá si BYD logra superar estos obstáculos y establecer una presencia manufacturera en México, o si el proyecto quedará relegado a meras intenciones.