BRASIL, 3 marzo.- La victoria de “Aún estoy aquí” (Ainda Estou Aqui) como Mejor Película Internacional en los Premios Oscar 2025 desató una ola de celebraciones en Brasil, comparable a la euforia que suele acompañar las victorias del equipo nacional de fútbol en la Copa del Mundo. Los brasileños salieron a las calles para celebrar este logro histórico, mientras sus corazones latían al ritmo del orgullo nacional.
Una Victoria Histórica para el Cine Brasileño
Dirigida por Walter Salles, la película narra la historia de Eunice Paiva, interpretada por Fernanda Torres, quien lucha incansablemente por encontrar a su marido, el exdiputado Rubens Paiva, tras su detención y desaparición durante la dictadura militar de los años 70. Inspirada en el libro homónimo escrito por Marcelo Rubens Paiva, hijo del desaparecido político, esta obra dramática y política se convirtió en un símbolo de resistencia y memoria histórica.
El reconocimiento internacional llegó cuando Penélope Cruz subió al escenario de los Oscar para anunciar a “Aún estoy aquí” como ganadora de la categoría de Mejor Película Internacional, dejando atrás competidores como “Emilia Pérez”, la controvertida producción francesa que perdió fuerza tras varias polémicas relacionadas con su representación de figuras del narcotráfico latinoamericano.
Celebraciones en Pantallas Gigantes: Una Fiesta Nacional
En ciudades como Curitiba y São Paulo, los brasileños se reunieron en espacios públicos para seguir la transmisión de los Oscar en pantallas gigantes. Según videos compartidos en redes sociales, el ambiente era de tensión y emoción contenida mientras se anunciaban los nominados. Cuando el nombre de “Aún estoy aquí” resonó en el escenario, las multitudes estallaron en gritos, aplausos y cánticos, como si el equipo nacional de fútbol hubiera marcado un gol decisivo.
Un usuario de X capturó el momento exacto en que miles de personas en el centro de São Paulo reaccionaron a la victoria, con abrazos colectivos y banderas brasileñas ondeando al viento. En Curitiba, los ciudadanos también celebraron en masa, demostrando cómo el cine puede unir a una nación en torno a una causa común.
Reacciones a “Emilia Pérez”: Abucheos y Polémica
Mientras tanto, “Emilia Pérez”, dirigida por el francés Jacques Audiard, fue recibida con abucheos por parte del público brasileño presente en las proyecciones callejeras. La película, un narcomusical que aborda temas sensibles sobre el crimen organizado en América Latina, generó controversia por su enfoque y representación, lo que afectó su percepción entre algunos espectadores internacionales.
El contraste entre el apoyo masivo a “Aún estoy aquí” y la hostilidad hacia “Emilia Pérez” refleja no solo preferencias artísticas, sino también una conexión emocional profunda con historias locales que resuenan en la memoria colectiva.
Un Reconocimiento Global a la Memoria Histórica
El triunfo de “Aún estoy aquí” es más que un premio cinematográfico; es un homenaje a las víctimas de la dictadura militar brasileña y un recordatorio de la importancia de preservar la memoria histórica. Para muchos brasileños, esta victoria representa una validación global de sus luchas y sacrificios, así como un llamado a no olvidar los errores del pasado.
Fernanda Torres, protagonista de la película, destacó en su discurso de aceptación la relevancia de contar estas historias:
“Este premio no es solo para nosotros, sino para todas las familias que aún buscan respuestas y justicia. Es un recordatorio de que la memoria nunca debe ser silenciada.”
El Impacto Cultural y Político
La victoria de “Aún estoy aquí” también tiene implicaciones políticas en un país donde el legado de la dictadura sigue siendo un tema delicado. Durante años, movimientos sociales y familiares de desaparecidos han exigido verdad y justicia, y esta película se ha convertido en un faro de esperanza y resistencia.
Para Walter Salles, director de renombre internacional conocido por películas como “Diarios de motocicleta”, este premio marca un hito en su carrera y consolida su lugar como uno de los grandes narradores del cine contemporáneo. En su discurso, Salles dedicó el galardón a todos aquellos que luchan por la democracia y los derechos humanos:
“Esta película es un grito contra la impunidad y un llamado a la solidaridad. Que nunca olvidemos a quienes dieron todo por la libertad.”
Un Momento de Orgullo Nacional
La victoria de “Aún estoy aquí” en los Oscar no solo celebra el talento brasileño, sino que también honra la memoria de quienes sufrieron bajo regímenes opresivos. Para Brasil, este triunfo es un recordatorio de que el arte puede ser un puente hacia la reconciliación y un catalizador para el cambio social.
Mientras las calles de Brasil se llenaban de alegría y banderas, quedó claro que el cine no es solo entretenimiento, sino también un instrumento poderoso para sanar heridas y construir un futuro más justo.