ROMA, 27 feb.- El papa Francisco, de 88 años, continúa su lenta recuperación tras haber sido hospitalizado por una neumonía bilateral que lo ha mantenido en estado crítico desde el 14 de febrero. A pesar de las especulaciones sobre su posible renuncia, un cónclave o incluso su fallecimiento, el Vaticano ha dejado claro que el pontífice aún está al mando y realizando tareas esenciales, aunque su salud sigue siendo delicada.
Mejoras Graduales, pero Pronóstico Reservado
El Vaticano informó este jueves que el papa volvió a dormir bien durante la noche en el Hospital Gemelli de Roma y descansó durante la mañana. Según los médicos:
- La insuficiencia renal detectada días atrás ha disminuido.
- Los análisis de sangre muestran una “ligera mejoría”.
- Una tomografía computarizada de tórax reveló que la infección pulmonar está siguiendo una “evolución normal” con el tratamiento actual.
Sin embargo, el pronóstico sigue siendo reservado. Aunque no ha sufrido nuevas crisis respiratorias desde el sábado, el papa sigue necesitando altos flujos de oxígeno suplementario y fisioterapia respiratoria para ayudar a sus pulmones a expulsar líquidos. Este apoyo médico subraya que aún no está fuera de peligro.
Un Régimen Diario de Trabajo y Descanso
El ritmo diario del papa en el hospital parece haberse estabilizado. Por las mañanas, recibe tratamientos como la fisioterapia respiratoria, mientras que por las tardes se dedica a revisar documentos y tomar decisiones clave desde su habitación en el décimo piso del Hospital Gemelli. Entre las actividades recientes destacan:
- La aprobación de cuatro nuevos obispos.
- La creación de una nueva iniciativa de recaudación de fondos para abordar la crisis financiera de la Santa Sede.
- Cambios legales para otorgar mayores poderes a la primera monja que lidera el Estado de la Ciudad del Vaticano, la hermana Raffaella Petrini.
- La convocatoria de un consistorio para fijar fechas de futuras canonizaciones.
Estas acciones indican que Francisco sigue ejerciendo su liderazgo, aunque desde una posición debilitada.
Especulaciones y Comparaciones Históricas
La enfermedad del papa ha generado especulaciones inevitables, especialmente en Italia, donde siempre surge el debate sobre quién podría ser el próximo pontífice cuando un papa enferma. El cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años, decano del Colegio de Cardenales, tendría un papel clave en caso de un eventual cónclave, como se muestra en la película nominada al Oscar “Cónclave”.
Re presidió la oración del Rosario en la Plaza de San Pedro el miércoles por la noche, un evento que se ha convertido en una tradición vespertina desde que Francisco fue hospitalizado. Durante la ceremonia, Re expresó su esperanza de que el papa pueda “reanudar su servicio apostólico lo antes posible, en plenitud de su fuerza física”.
Un Líder Inspirador en Medio de la Adversidad
Las muestras de apoyo al papa han sido constantes. La noche del miércoles, el trompetista Felice Carella y el cantante Davide Capuano ofrecieron una serenata bajo su ventana con una interpretación del Ave María de Schubert. “Para mí, esta no es una simple canción, es una gran oración por el papa para que se recupere”, dijo Capuano, quien instó al mundo a unirse en oración.
Paralelismos con Benedicto XVI
La convocatoria de un consistorio para fijar fechas de canonizaciones ha generado comparaciones con el papa emérito Benedicto XVI, quien anunció su renuncia en un consistorio similar en 2013 debido a su incapacidad para cumplir con las exigencias del papado. Sin embargo, hasta ahora, Francisco no ha dado señales de considerar tal paso. Sus decisiones recientes sugieren que está enfocado en continuar su ministerio pastoral.
Un Futuro Incierto, Pero con Esperanza
Aunque el papa Francisco ha logrado superar la fase crítica de su enfermedad, su recuperación sigue siendo frágil. Las decisiones que ha tomado desde el hospital demuestran que mantiene un firme control sobre los asuntos de la Iglesia, pero su avanzada edad y condiciones preexistentes plantean preguntas sobre cuánto tiempo podrá seguir liderando con la misma intensidad.
Mientras tanto, millones de personas en todo el mundo oran por su pronta recuperación, confiando en que el papa pueda regresar pronto a sus actividades pastorales. En medio de la incertidumbre, Francisco sigue siendo un símbolo de fortaleza y resiliencia, inspirando a quienes lo rodean y al mundo entero.