
OTTAWA, 4 Feb.- La economía canadiense sigue bajo un manto de incertidumbre a pesar de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció una pausa de 30 días en la aplicación de nuevos aranceles que estaban programados para entrar en vigor hoy.
El alivio temporal frena, por ahora, una guerra comercial continental que, según economistas de ambos lados de la frontera, podría haber generado un alza significativa en los precios. La medida también ha llevado a que Canadá y sus provincias suspendan las represalias previstas, que incluían aranceles y restricciones a productos como el alcohol estadounidense.
Trump firmó el sábado una orden que impondría aranceles del 25 % a las importaciones de México y Canadá, y un gravamen menor del 10 % a la energía canadiense. Sin embargo, tras dos conversaciones telefónicas con el primer ministro Justin Trudeau, el mandatario estadounidense decidió suspender su aplicación por 30 días mientras ambos países negocian un “acuerdo económico final”.
Medidas de seguridad en la frontera
En respuesta a las preocupaciones de Trump sobre la seguridad fronteriza, el gobierno canadiense anunció en diciembre un plan de 1.300 millones de dólares, que Trudeau destacó en una publicación en redes sociales. Según el primer ministro, casi 10.000 efectivos de primera línea “están y estarán” resguardando la frontera, además de la inversión de 200 millones de dólares en nuevas iniciativas contra el tráfico de fentanilo, incluido el nombramiento de un “zar del fentanilo”.
Algunas de estas medidas comenzarán a implementarse hoy. El ministro de Seguridad Pública, David McGuinty, y el ministro responsable de Desarrollo Económico de las Praderas de Canadá, Terry Duguid, se reunirán con el primer ministro de Manitoba, Wab Kinew, en el puerto de entrada de Emerson. Durante la visita, presenciarán cómo la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá detecta el fentanilo y otros materiales tóxicos, además de observar un helicóptero Black Hawk de la RCMP patrullando la frontera estadounidense en Manitoba.
Preocupaciones económicas
A pesar del respiro temporal, la amenaza arancelaria sigue generando tensión en los sectores laborales y empresariales de Canadá. Unifor, el sindicato privado más grande del país, advirtió que la incertidumbre persiste y que los empleos canadienses siguen en riesgo. Su presidenta, Lana Payne, instó al gobierno a “utilizar todas las herramientas disponibles para construir una economía fuerte, resiliente y diversa”.
Por su parte, el Consejo Empresarial de Canadá también alertó que “con un retraso de solo 30 días, la incertidumbre sigue latente”. Su presidenta, Goldy Hyder, subrayó la necesidad de actuar con urgencia para mejorar la economía a largo plazo.
El primer ministro de Quebec, François Legault, expresó su frustración por la volatilidad en las relaciones comerciales con EE.UU. “Lo molesto de tratar con Trump es que siempre hay una espada colgando sobre nuestras cabezas”, afirmó. Legault enfatizó la importancia de diversificar los mercados para reducir la dependencia de las exportaciones a Estados Unidos.
Canadá ha intensificado su presión diplomática en Washington y en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida, en un intento por disuadir la aplicación de los aranceles. A pesar de la pausa, los esfuerzos continúan, con el Ministro de Energía y Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, viajando hoy a Washington para ofrecer un discurso sobre el futuro de la energía en América del Norte.