La Habana, 31 enero (EFE). El Gobierno cubano reconoció que la apertura de tiendas que operan exclusivamente en dólares responde a la grave escasez de divisas que enfrenta el país, una de las principales restricciones económicas actuales.

“La falta de divisas es uno de los mayores problemas de la economía cubana”, afirmó la viceministra primera de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo de la Torre, en la televisión estatal. Explicó que, ante este déficit, el Ejecutivo ha optado por una “dolarización parcial y transitoria”, con una implementación gradual para evaluar sus efectos.

“El Estado busca controlar y gestionar todas estas divisas con el objetivo de impulsar el desarrollo económico y social”, añadió Granadillo.

Las declaraciones responden a las críticas generadas por la inauguración a inicios de mes de un supermercado estatal en La Habana, abastecido con productos nacionales e importados, donde solo se acepta el pago en dólares en efectivo o con tarjetas extranjeras. La medida excluye a la mayoría de los cubanos, que no reciben remesas ni perciben ingresos en dólares.

Granadillo precisó que los negocios vinculados a la venta minorista y mayorista podrán operar en dólares, pero solo con aprobación estatal previa, evaluando sus impactos económicos y sociales. Según la funcionaria, la medida busca captar divisas para incrementar la oferta de bienes y servicios a la población y “corregir distorsiones” en la economía.

La economía cubana ha perdido gran parte de su capacidad productiva en los últimos años, afectada por la falta de inversiones y prolongados apagones. Actualmente, el país importa el 80 % de lo que consume.

A pesar de la dolarización parcial, Granadillo aseguró que la meta del Gobierno es fortalecer el peso cubano y reducir la dependencia de divisas extranjeras. Según el plan económico para 2025, más del 90 % del comercio minorista se realizará en pesos cubanos.

No obstante, reconoció que generar divisas es “vital” para reactivar la producción y garantizar servicios esenciales, dado que Cuba es una economía altamente dependiente de las importaciones.

Directivos de la corporación estatal Cimex y de las tiendas Caribe indicaron que la apertura de establecimientos en dólares, hasta ahora limitados a La Habana, podría extenderse a otras provincias en el futuro.

El Gobierno prevé un crecimiento del PIB del 1 % en 2025, tras dos años de contracción económica. Sin embargo, la crisis persiste con escasez de alimentos, medicinas y combustible, inflación descontrolada y apagones constantes.

El deterioro económico se agravó con la pandemia, el endurecimiento de sanciones durante el primer mandato de Donald Trump (2017-2021) y políticas monetarias fallidas que profundizaron los problemas estructurales de la isla.

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