Los Ángeles, 14 enero.- Un nuevo incendio, conocido como “Auto”, fue declarado anoche en el condado de Ventura, vecino a Los Ángeles, en medio de una alerta por fuertes vientos que amenaza con intensificar los fuegos que afectan la región desde hace una semana.

El incendio comenzó a las 21:25 hora local del lunes (5:25 GMT del martes) y ha arrasado con 22 hectáreas, según el Departamento de Bomberos de California (Cal Fire). Aunque su avance ha sido detenido, decenas de bomberos continúan en la zona trabajando para limpiar puntos calientes y aumentar la contención.

“No se vio amenazada ninguna estructura. La causa del incendio está bajo investigación”, informó la oficina de información pública del condado de Ventura en X (antes Twitter).

Incendios en Los Ángeles: una semana de caos

El incendio “Auto” se suma a los dos mayores focos que afectan al condado de Los Ángeles desde el 7 de enero:

  • Incendio Palisades: El más virulento, con solo un 17% de contención.
  • Incendio Eaton: Ubicado en Pasadena y Altadena, con un 35% de contención.

Vientos de Santa Ana complican las labores de control

El sur de California enfrenta desde el lunes un nuevo episodio de fuertes vientos de Santa Ana, cuya intensidad se prevé aumente hasta la mañana del martes, prolongando el peligro extremo de incendio hasta el miércoles por la tarde.

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha emitido advertencias de bandera roja por “situación particularmente peligrosa” (PDS, por sus siglas en inglés) debido a las condiciones de extrema sequedad en las áreas afectadas.

Balance de daños y evacuaciones

  • Víctimas mortales: 24 personas fallecidas.
  • Hectáreas quemadas: Más de 16.100.
  • Estructuras destruidas: 7.000.
  • Evacuaciones: Más de 150.000 personas desplazadas, incluyendo 88.000 bajo órdenes de evacuación en Los Ángeles, según el sheriff Robert Luna.

Esfuerzos en marcha

Las autoridades trabajan contrarreloj para contener los incendios y proteger las comunidades amenazadas. Sin embargo, la combinación de fuertes vientos y condiciones secas representa un desafío constante en esta crisis, considerada una de las peores del año en California.

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