Los Ángeles, 13 enero.- Una creciente fuerza de bomberos se trasladó al área de Los Ángeles el lunes, mientras se espera que vientos más fuertes provoquen nuevos incendios forestales que podrían retrasar el progreso en la contención de las llamas, que ya han destruido miles de viviendas y dejado al menos 24 muertos.

Equipos y tripulaciones llegaron desde todo Estados Unidos, Canadá y México, con camiones cisterna y aviones equipados para arrojar productos químicos que combaten los incendios. El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que las condiciones durante los próximos días podrían volverse “particularmente peligrosas”, con ráfagas de viento de hasta 105 kilómetros por hora (65 millas por hora) en las montañas. Se pronostica que los días más peligrosos serán el martes y miércoles, según el analista de comportamiento del fuego, Dennis Burns.

La relativa calma del domingo permitió que algunas personas regresaran a zonas previamente evacuadas, pero el número de víctimas aumentó esa noche, con 16 personas reportadas como desaparecidas, un número que se espera que crezca.

Los vientos de Santa Ana, responsables de la rápida propagación de los incendios, han convertido los incendios forestales en infiernos que arrasaron vecindarios enteros en Los Ángeles, donde no ha llovido de manera significativa en más de ocho meses. En menos de una semana, cuatro incendios han quemado más de 160 kilómetros cuadrados (62 millas cuadradas), aproximadamente tres veces el tamaño de Manhattan.

Los incendios más destructivos son el de Eaton, cerca de Pasadena, y el de Palisades, en la costa del Pacífico. Aunque los bomberos han logrado avances en ambos frentes, el incendio de Eaton sigue contenido en solo un tercio, y el regreso de los fuertes vientos podría causar un crecimiento explosivo de las llamas, creando nuevos desafíos para los equipos de extinción.

El jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony C. Marrone, informó que 70 camiones cisterna adicionales fueron enviados para ayudar a combatir las llamas. Mientras tanto, el retardante de fuego lanzado desde aviones creará barreras a lo largo de las laderas para frenar la propagación.

Un grupo de artistas, músicos y residentes de Topanga Canyon también se unieron para detener los incendios que se propagaban en nuevas áreas, cerrando las tuberías de gas y tanques de propano en un intento por minimizar los daños. “Esperamos haber ayudado a salvar un par de casas y haber apagado algunos incendios”, expresó Derek Mabra. “Es una devastación total y completa”.

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