LOS ÁNGELES, 12 ENE.- Los incendios forestales continúan azotando la ciudad de Los Ángeles, donde el número de víctimas mortales asciende a al menos 16 y más de 150.000 residentes se han visto obligados a evacuar. Tras casi una semana de llamas incontrolables, cuatro focos siguen activos, con 12.000 estructuras destruidas y más de 35.000 viviendas y negocios sin electricidad.
A pesar de que dos incendios han sido controlados, los equipos de rescate siguen trabajando para localizar a las decenas de personas desaparecidas. Con el apoyo de perros rastreadores, se revisan los escombros en busca de cuerpos, y se teme que el número de muertos aumente conforme avance la búsqueda.
Condiciones de peligro alto
Los vientos, combinados con la vegetación seca y el aire igualmente árido, continúan alimentando la propagación de los incendios. El más devastador de todos, el “Palisades Fire”, amenaza ahora al Valle de San Fernando y al Museo Getty. A pesar de la disminución temporal de los vientos, se espera que las ráfagas se intensifiquen nuevamente, lo que podría empeorar la situación.
Críticas a la gestión y consecuencias económicas
La gestión de las autoridades locales ha sido fuertemente criticada, especialmente por la falta de recursos suficientes para enfrentar el desastre. Bomberos han reportado problemas con la presión del agua en algunas zonas, y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha sido cuestionada por no coordinar de manera efectiva los servicios de emergencia. Además, el gobernador Gavin Newsom solicitó una revisión independiente de la distribución de agua en la ciudad.
El impacto económico ya es significativo, con pérdidas que podrían superar los miles de millones de dólares. Además, el aumento de los precios del alquiler y los reportes de saqueos han generado aún más dificultades para los evacuados. Un toque de queda ha sido implementado en las zonas más afectadas.
Posible origen criminal y el cambio climático
Aunque la investigación sobre el origen de los incendios sigue en curso, con la participación del FBI, las condiciones extremas de calor y viento han sido factores clave en la rapidez con que los incendios se han propagado. Los científicos señalan que el cambio climático está exacerbando la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, lo que incrementa la vulnerabilidad de California ante desastres naturales como este.