CARACAS, 9 ene.- Nicolás Maduro juró este viernes como presidente de Venezuela ante la Asamblea Nacional, renovando su mandato por seis años más en medio de denuncias de fraude electoral, el desconocimiento de parte de la comunidad internacional y el rechazo de la oposición, que calificó su investidura como un “golpe de Estado”.
“Lo juro por mi vida y así cumpliré y cumpliremos. Lo juro”, proclamó Maduro durante la ceremonia, acompañado por altos cargos de su Gobierno y mandos militares. En su discurso, defendió la legitimidad de su toma de posesión afirmando: “Hemos cumplido con esta Constitución, la que nació del pueblo venezolano”.
Denuncias de fraude y ausencia de actas electorales
Maduro juró el cargo en un clima de tensión política y social, tras unas elecciones realizadas el 28 de julio que la oposición asegura estuvieron plagadas de irregularidades. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el oficialismo, Maduro ganó con el 51,95% de los votos. Sin embargo, Edmundo González Urrutia, candidato opositor, sostiene que las actas electorales demuestran su victoria y que estas están resguardadas en el extranjero.
González, quien recibió asilo en España en septiembre, ha liderado una gira internacional denunciando el fraude, visitando países como Estados Unidos, Argentina y Panamá. Mientras tanto, su paradero actual es incierto, pues había prometido asumir la presidencia este mismo viernes.
Reacciones de la oposición
La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), en un comunicado difundido en la red social X, reiteró que más de 7,4 millones de venezolanos votaron por González Urrutia. “Hoy empieza una nueva fase en la lucha por la democracia y la libertad de Venezuela”, afirmó el grupo, señalando que la toma de posesión de Maduro constituye un “golpe de Estado” al desconocer la soberanía popular.
Contexto internacional
La investidura de Maduro ha sido rechazada por varios gobiernos y organismos internacionales que no reconocen los resultados electorales. Este acto profundiza el aislamiento de Venezuela en el ámbito global y agrava la crisis política interna, mientras millones de ciudadanos continúan enfrentando una grave crisis económica y humanitaria.
La situación marca el inicio de un período lleno de incertidumbre para Venezuela, con la oposición prometiendo nuevas estrategias para enfrentar al chavismo, mientras Maduro busca afianzar su control sobre las instituciones y el aparato militar del país.