Wellington, Nueva Zelanda, 17 dic.- Un devastador terremoto de magnitud 7,3 golpeó la nación insular de Vanuatu en el Pacífico sur este martes, causando una destrucción significativa, con informes de víctimas y heridos que comenzaban a llegar a un hospital en la capital, Port Vila. La alerta de tsunami fue retirada menos de dos horas después del sismo, pero las comunicaciones seguían interrumpidas horas después, lo que dificultaba la confirmación de los daños.

El sismo ocurrió poco antes de la 1 de la tarde, a una profundidad de 57 kilómetros (35 millas), con epicentro a 30 kilómetros (18 millas) al oeste de Port Vila, la ciudad más grande de Vanuatu, que tiene una población de unas 330,000 personas. Tras el fuerte temblor, se registró una réplica de magnitud 5,5, y las sacudidas continuaron durante la tarde y la noche.

Destrucción y primeros reportes de víctimas

Aunque la información oficial era escasa debido a los cortes de energía y la interrupción de las comunicaciones, los testimonios en redes sociales y llamadas telefónicas esporádicas comenzaban a confirmar los graves efectos del terremoto. Dan McGarry, periodista con sede en Port Vila, informó que un agente de policía habría muerto y que varias personas estaban siendo atendidas con heridas graves en el Hospital Central de Vila. Testigos describieron multitudes frente al hospital mientras los médicos trabajaban frenéticamente.

Un video publicado por la Corporación de Radiodifusión y Televisión de Vanuatu mostró edificios dañados en la ciudad, incluidos daños estructurales en una de las embajadas extranjeras. El edificio que alberga misiones diplomáticas, incluidas las de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Nueva Zelanda, sufrió daños significativos, aunque no se reportaron desapariciones de personal diplomático.

Interrupciones en transporte y vuelos cancelados

El aeropuerto de Port Vila también sufrió daños, con un enorme deslizamiento de tierra que bloqueó la terminal de carga internacional, y la pista del aeropuerto también reportó daños. Los vuelos programados fueron cancelados, y las aerolíneas de Australia y el Pacífico suspendieron vuelos a la isla, esperando más información sobre la situación del aeropuerto.

Apoyo internacional y esfuerzos de rescate

Los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda han expresado su preocupación y ofrecido asistencia. El ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, aseguró que el país brindaría ayuda según fuera necesario, mientras que el ministro de Nueva Zelanda, Winston Peters, indicó que su gobierno estaba monitoreando la situación de los 45 neozelandeses registrados en Vanuatu.

A pesar de los esfuerzos de rescate, las condiciones para la recuperación de Vanuatu siguen siendo difíciles, con la falta de comunicaciones y un aeropuerto dañado. La nación insular, que está acostumbrada a desastres naturales, se prepara para enfrentar los desafíos adicionales de este potente terremoto.

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