París, 8 dic.- La catedral de Notre Dame volvió a ser escenario de una misa solemne este domingo, cinco años después del devastador incendio de abril de 2019 que conmocionó al mundo. En el marco de su reapertura, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, proclamó: “Esta mañana, la pena del 15 de abril de 2019 queda borrada”.

Una jornada histórica en Notre Dame

La ceremonia, que contó con la presencia de 2,500 invitados, marcó el retorno oficial de las actividades litúrgicas en el emblemático templo gótico. Entre los asistentes destacaron el presidente francés, Emmanuel Macron, su esposa Brigitte, y 150 obispos. La misa principal incluyó la consagración del nuevo altar, uno de los momentos más esperados tras la restauración de la catedral.

“Hay una alegría inmensa en mi corazón por poder celebrar de nuevo dentro de la catedral de Notre Dame”, expresó el padre Jean Louis, vicario de origen marfileño, mientras que el peruano Antonio Morales, ordenado sacerdote en Notre Dame hace 22 años, destacó la “emoción de verla limpia, luminosa y llena de vida”.

La empresaria estadounidense Gayle Benson, invitada especial y propietaria de los New Orleans Saints y los Pelicans, elogió los esfuerzos de restauración: “Es destacable lo que han logrado en tan solo cinco años”.

Consagración del nuevo altar

La liturgia comenzó con una procesión de estandartes de las 113 diócesis de París y alcanzó su punto culminante con los ritos de consagración del nuevo altar. Este acto incluyó la colocación de reliquias de figuras clave de la Iglesia, como santa María Eugenia Milleret y san Carlos de Foucauld.

El arzobispo Ulrich ungió el altar con santo crisma, trazando cruces simbólicas antes de esparcir el óleo por toda la superficie. Luego, se ofreció incienso, se cubrió el altar con un paño blanco y se iluminó con cirios, en un ritual que evocó tanto solemnidad como renacimiento espiritual.

Un mensaje de esperanza y unidad

Durante su homilía, Ulrich recordó la tragedia de 2019 y destacó cómo la esperanza se manifestó incluso en los momentos más oscuros, a través de las oraciones en el Sena y la solidaridad mundial.

El oficio matinal, que duró más de dos horas, coincidió con el segundo domingo de Adviento, reflejando el espíritu de preparación y esperanza característico de esta temporada litúrgica.

Aspecto destacadoDetalle principal
Presencia presidencialEmmanuel Macron asistió, aunque no participó en la comunión.
Consagración del altarIncluyó reliquias, unción con crisma y encendido de cirios.
Asistentes especialesRepresentantes religiosos, políticos, caritativos y ciudadanos vulnerables.

Notre Dame: símbolo renovado de unidad nacional

El fin de semana de reapertura convirtió a la isla de la Cité en un búnker de seguridad, con miles de visitantes celebrando el regreso de este ícono arquitectónico y espiritual.

“Notre Dame es una metáfora feliz de lo que debe ser una nación y el mundo”, declaró Ulrich, en un llamado a la reconciliación y al renacimiento. Su restauración, lograda en tiempo récord, es un testimonio del poder de la fe, la unidad y la resiliencia humana.

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