Asunción, 8 dic.- Miles de fieles paraguayos participaron este fin de semana en la tradicional peregrinación hasta la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros, en Caacupé, para rendir homenaje a la Virgen de Caacupé, patrona del país. Este evento marca el punto culminante de la mayor festividad religiosa católica de Paraguay.
Desde primeras horas de la mañana, los devotos llenaron la explanada de la basílica, ubicada a 55 kilómetros de Asunción, ondeando pañuelos blancos mientras la imagen de la virgen recorría las calles en procesión. La misa central, presidida por el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, incluyó una emotiva homilía y una carta dirigida al pueblo paraguayo.
Devoción a pesar del mal clima
Aunque la lluvia constante del fin de semana redujo la cantidad de asistentes en comparación con años anteriores, miles de peregrinos caminaron durante días desde distintas regiones del país para participar en el evento. La peregrinación comenzó el pasado 28 de noviembre, con el inicio del novenario.
Atenciones médicas y seguridad
El Ministerio de Salud reportó que, desde el inicio de las actividades, 13,803 personas fueron atendidas en puestos médicos fijos y provisionales, principalmente por dolores musculares, ampollas, hipertensión y calambres. Unas 104 personas necesitaron ser derivadas al Hospital Regional de Caacupé y otros centros especializados.
Por su parte, el “Operativo de Caacupé”, coordinado por las autoridades, desplegó a 8,000 agentes policiales y equipos de bomberos que respondieron a seis emergencias y dos incendios en la zona. Además, el fiscal adjunto del departamento de Cordillera, Roberto Zacarías, informó sobre tres denuncias de hechos punibles relacionados con la festividad.
Un evento de relevancia continental
El ministro del Interior, Enrique Riera, destacó que esta peregrinación es el evento que reúne a más personas en Paraguay. La festividad de la Virgen de Caacupé, una variante de la Inmaculada Concepción, es reconocida como una de las mayores manifestaciones de fe en América Latina, consolidándose como un símbolo de unidad y espiritualidad para los paraguayos.
A pesar de las adversidades climáticas, la devoción a la Virgen de Caacupé demostró una vez más su capacidad de congregar a miles en un acto de fe y tradición profundamente arraigado en la cultura paraguaya.