Yamandú Orsi enfrentará retos políticos, económicos y regionales al asumir la presidencia de Uruguay

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Montevideo, 30 nov.- Yamandú Orsi, quien asumirá la presidencia de Uruguay el próximo 1° de marzo, liderará un gobierno del Frente Amplio en un escenario político complicado. Tras ganar el balotaje del 24 de noviembre contra Álvaro Delgado, Orsi enfrentará varios desafíos, especialmente en el Parlamento, donde su partido no tiene mayoría en la Cámara de Diputados. El Frente Amplio logró la mayoría en el Senado, pero en Diputados, necesita al menos dos votos adicionales para que sus proyectos prosperen.

Orsi tendrá que negociar con varios actores políticos para conseguir estos apoyos. Uno de los partidos en juego es Cabildo Abierto, un socio del oficialismo que, aunque ha mostrado posturas disidentes en el pasado, parece dispuesto a colaborar. El líder del partido, Guido Manini Ríos, ha manifestado su disposición para asegurar la gobernabilidad de Orsi, e incluso exploró con el ex presidente José Mujica soluciones para la falta de mayoría parlamentaria. Otro partido que podría ser clave es Identidad Soberana, aunque su líder, Gustavo Salle, tiene una postura más radical y de rechazo hacia los partidos tradicionales.

El desafío económico y el crecimiento lento

Desde el punto de vista económico, Orsi tomará las riendas de un país con un crecimiento moderado y desafíos fiscales. Las calificadoras internacionales, como Fitch Ratings, prevén que no habrá grandes cambios en la política económica, ya que Orsi ha designado a Gabriel Oddone, un economista cercano al empresariado, como ministro de Economía. No obstante, la agencia advierte que el país enfrenta restricciones fiscales y que la reducción del déficit será un reto complicado. Además, el bajo crecimiento económico registrado en los últimos años —promedio de 1,2% desde 2019— es una preocupación central, ya que Uruguay ha estado por debajo de la media regional.

Oddone ha identificado tres áreas clave para el próximo gobierno: fortalecer el sistema de protección social, fomentar el crecimiento económico a través de reformas estructurales y mejorar la seguridad, un tema crucial para la estabilidad social. En cuanto a la economía, Orsi y Oddone apuestan por una mayor apertura comercial y una integración más intensa con el resto del mundo, aunque aún no han revelado planes específicos para abordar los altos costos de producción que limitan la inversión.

Retos en política exterior

El escenario regional también será un desafío para Orsi, quien ha señalado su interés en estrechar lazos con Brasil y Argentina. El presidente electo realizó su primer viaje internacional a Brasil, donde se reunió con Lula da Silva, buscando consolidar una relación cercana con el gigante sudamericano. Sin embargo, la relación con Argentina y especialmente con el presidente Javier Milei sigue siendo incierta, ya que el mandatario argentino ha adoptado políticas que, en algunos casos, favorecen a Uruguay. Orsi tiene planeado reunirse con Milei para continuar con esta relación, aunque las señales son todavía mixtas.

En resumen, el regreso del Frente Amplio al poder en Uruguay estará marcado por la necesidad de consensuar apoyos en un Parlamento dividido, enfrentar una economía con restricciones fiscales y bajo crecimiento, y navegar un panorama regional complejo con vecinos clave como Brasil y Argentina. Orsi, respaldado por un gabinete moderado, tendrá que equilibrar la innovación económica con el apoyo a las políticas sociales para mantener la estabilidad interna y mejorar la competitividad externa del país.

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