Nueva York, 27 nov.- OpenAI cerró temporalmente su herramienta de inteligencia artificial generativa de vídeo, Sora, luego de que un grupo de artistas que participaron en su fase de pruebas publicaran un manifiesto con duras críticas hacia la compañía por el uso de su imagen para promocionar el programa.
Sora había sido ofrecida a 300 artistas y cineastas para evaluar su desempeño y proporcionar retroalimentación. Sin embargo, 19 de ellos emitieron un comunicado conjunto este martes en el sitio Hugging Face, señalando que no eran “probadores de errores gratuitos, marionetas de relaciones públicas, datos de capacitación, tokens de validación”.
Críticas al programa
Los artistas denunciaron que OpenAI usó sus contribuciones para dar una apariencia favorable a la herramienta, describiendo su participación como un intento de “lavado de cara al arte”. También expresaron su descontento con la compensación económica que recibieron, calificándola de mínima frente al alto valor publicitario y de marketing que la empresa obtuvo con su colaboración.
“Creemos en la inteligencia artificial, pero no en la manera en que este programa se ha desarrollado ni en cómo se está configurando antes de su posible lanzamiento público”, afirmaron en la carta, que fue firmada, entre otros, por el español Solimán López y la venezolana Bea Ramos.
Respuesta de OpenAI
Ante la controversia y tras lanzar brevemente la versión gratuita de Sora, OpenAI suspendió el servicio tres horas después. Niko Felix, portavoz de la compañía, explicó que la herramienta aún se encuentra en “fase de investigación preliminar” y aseguró que el objetivo es “equilibrar la creatividad con medidas de seguridad sólidas para un uso más amplio”.
Felix insistió en que la participación de los artistas fue completamente voluntaria y sin obligación de ofrecer valoraciones.
¿Qué es Sora?
OpenAI describe a Sora como una herramienta avanzada capaz de generar escenas complejas con múltiples personajes, movimientos específicos y detalles precisos en sujetos y fondos. Según la compañía, el modelo no solo interpreta el mensaje del usuario, sino también las relaciones físicas entre los elementos en el mundo real.
El desarrollo de Sora se posicionaba como un avance en la generación de contenido audiovisual, pero las críticas de los artistas resaltan los desafíos éticos en la colaboración entre creadores humanos y tecnología de IA.