Washington, 1 oct.- Este martes, Estados Unidos desplegó su capacidad militar para apoyar a Israel en la interceptación de cerca de 200 misiles lanzados desde Irán, en lo que las autoridades estadounidenses calificaron como un ataque con consecuencias limitadas en el terreno, pero con graves implicaciones para Teherán.
El presidente Joe Biden ordenó a las Fuerzas Armadas de EE.UU. brindar asistencia en la “defensa” de Israel. Los destructores USS Bulkely y USS Cole, situados en el Mediterráneo oriental, lanzaron una docena de interceptores que lograron neutralizar gran parte de los misiles iraníes. Según el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, el ataque fue “ineficaz”, pero representa una “escalada significativa” que no quedará sin respuesta.
Reacción desde la Casa Blanca y el Pentágono
Jake Sullivan indicó que EE.UU. está evaluando las repercusiones del ataque y que cualquier medida de represalia será discutida en coordinación con Israel y otros aliados. Sin embargo, evitó adelantar las acciones a tomar hasta tener un panorama más claro.
Por su parte, el portavoz del Pentágono, general de brigada Pat Ryder, informó que no existía ningún aviso previo de Irán sobre este ataque, el cual parece ser una represalia por los asesinatos recientes de figuras clave en la región, como Ismail Haniyeh, líder de Hamás, Hasán Nasrala, jefe de Hizbulá, y un general iraní.
Ryder también subrayó que, aunque Irán duplicó el tamaño del ataque comparado con el registrado en abril, la mayoría de los misiles fueron interceptados por el sistema de defensa israelí, con un impacto mínimo sobre el terreno. “Nuestro objetivo es prevenir un conflicto regional más amplio”, añadió.
Compromiso inquebrantable de EE.UU. con Israel
En paralelo, el secretario de Estado, Antony Blinken, calificó el ataque como “totalmente inaceptable” y exigió una condena global. Asimismo, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, mantuvo una conversación con su homólogo israelí, Yoav Gallant, para coordinar la respuesta ante la ofensiva.
Desde la Casa Blanca, tanto el presidente Biden como la vicepresidenta Kamala Harris monitorearon la situación desde la sala de crisis presidencial, reafirmando el compromiso de EE.UU. con la seguridad de Israel. Biden dejó en claro que cualquier ataque contra fuerzas estadounidenses será respondido con la contundencia necesaria para proteger a su personal y aliados.
Escalada de tensión en la región
El ataque iraní se produce en un contexto de creciente tensión en el Medio Oriente, tras incursiones israelíes en el sur del Líbano contra objetivos de Hizbulá. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de EE.UU. para evitar una guerra a gran escala, el ataque de este martes pone de relieve la volatilidad de la situación, y la posibilidad de una nueva escalada de violencia en la región sigue siendo alta.
Este ataque sigue a la ofensiva iraní de abril, cuando misiles y drones impactaron bases aéreas israelíes en el Negev y el territorio ocupado de los Altos del Golán.