La OTAN quiere que Canadá y sus aliados se preparen para una guerra convencional

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Washington, 27 de septiembre de 2024. — La OTAN ha llamado a sus miembros a desarrollar planes nacionales para fortalecer sus capacidades industriales de defensa, una propuesta que Canadá ha evadido desde hace décadas. En la cumbre de líderes de la OTAN celebrada en julio en Washington, se acordó que cada país presentaría estrategias para robustecer sus sectores de material de defensa, con el objetivo de compartirlas entre los aliados. Esta nueva política pasó desapercibida en medio de las discusiones sobre el gasto de defensa y el apoyo a Ucrania.

Ahora, funcionarios canadienses comienzan a evaluar las implicaciones de esta directiva, una tarea que supone un reto considerable para el gobierno y la industria de defensa. Según un informe de CBC News, Canadá carece de un marco institucional y mecanismos heredados de la Guerra Fría para movilizar la economía y las fuerzas armadas ante una guerra convencional como la que enfrenta Ucrania.

El ex asesor de seguridad nacional del primer ministro Justin Trudeau, Vincent Rigby, señaló que, tras la disolución de la Unión Soviética, Canadá dejó de considerar seriamente la movilización total del país para la guerra. No obstante, advierte que, dada la situación actual, existe un 50% de probabilidad de que el país se vea arrastrado a un conflicto regional de gran escala en los próximos años.

La urgencia de una política de defensa integral

Con la amenaza de una posible confrontación armada con Rusia o China, expertos como Rigby y el teniente general retirado Guy Thibault coinciden en que Canadá debe prepararse mejor. Durante años, Canadá no ha contado con una estrategia de seguridad nacional o una política industrial de defensa adecuada. Thibault, quien dirigió la Conferencia de Asociaciones de Defensa, afirma que la invasión de Crimea en 2014 fue un “despertar”, pero que aún no se considera seriamente una movilización nacional.

Canadá tampoco ha logrado avances significativos en la producción de municiones desde el inicio de la guerra en Ucrania. Según la presidenta de la Asociación Canadiense de Industrias de Defensa y Seguridad, Christyn Cianfarani, la resistencia del gobierno federal a trabajar de cerca con la industria de defensa ha retrasado los esfuerzos. Además, advirtió que, aunque Canadá no está “en pie de guerra”, es vital que el país adopte un enfoque más proactivo para enfrentar los retos globales actuales.

Movilización nacional: un desafío burocrático

La historia muestra que la movilización total del país ha sido una tarea compleja, y en Canadá, la burocracia ha sofocado la innovación en el sector de defensa. Durante la Segunda Guerra Mundial, la industria canadiense respondió a las necesidades bélicas fabricando municiones, pero hoy en día, esta capacidad parece haber desaparecido, afirmó el historiador militar Sean Maloney.

Maloney, al igual que otros expertos, duda que Canadá pueda replicar ese esfuerzo en el contexto actual. La falta de planificación estratégica y la ausencia de voluntad política y social dificultan cualquier esfuerzo por fortalecer la defensa nacional. “Estamos atrapados en un laberinto de regulaciones”, dijo, y advirtió que Canadá debe asumir su papel en el panorama global con una mayor determinación.

Mientras tanto, la guerra en Ucrania ha servido como recordatorio de la importancia de una industria de defensa robusta y bien preparada.

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