Madrid, 22 sep.- El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha revelado que la inmigración es considerada el principal problema por los españoles, superando al desempleo y la vivienda. Sin embargo, expertos cuestionan esta percepción, sugiriendo que el contexto en el que se realizó la encuesta influye significativamente en los resultados.
La encuesta fue llevada a cabo tras un aumento de llegadas irregulares a las Islas Canarias, lo que, junto a la polarización política impulsada por el ascenso de Vox y la cobertura mediática sobre la inmigración, ha generado un clima de alarma. Juan Iglesias, profesor de Sociología, destaca que aunque la inmigración ocupa el primer lugar en la lista de preocupaciones, el tema más citado como “primer problema” es, en realidad, la inestabilidad política.
Un contexto que influye en las respuestas
Los expertos advierten que las encuestas varían según los temas actuales. Sebastian Rinken, del CSIC, sugiere que este barómetro debe ser interpretado con precaución, dado que refleja una preocupación que cambia con la coyuntura. Rut Bermejo, de la Universidad Rey Juan Carlos, menciona el “efecto agosto”, donde la falta de noticias sobre otros temas lleva a que la inmigración reciba más atención.
Además, la estructura de la encuesta incluye preguntas sobre la inmigración antes de la pregunta abierta sobre los problemas, lo que podría “contaminar” las respuestas. Rinken señala que este diseño podría haber condicionado a los encuestados a priorizar la inmigración en sus respuestas.
Impacto político y social de la percepción sobre la inmigración
La llegada de Vox ha normalizado un discurso antiinmigrante en el ámbito político español, que históricamente había sido más tolerante en comparación con sus vecinos europeos. Esta nueva dinámica ha llevado a los principales partidos a utilizar la inmigración como un tema electoral, alterando el consenso previo sobre la necesidad de trabajadores en el país.
Los expertos también indican que, a pesar de la preocupación por la inmigración, en la vida cotidiana, las interacciones entre españoles y migrantes son más positivas. Un reciente estudio sugiere que, aunque existe una percepción negativa hacia la inmigración, la mayoría de las personas con opiniones adversas no manifiestan actitudes hostiles hacia los migrantes en su entorno diario.
Diferencias en las preocupaciones personales y colectivas
Un aspecto notable del barómetro es que, al preguntar a los encuestados sobre qué problemas les afectan personalmente, la inmigración desciende al quinto lugar. Esto indica una discrepancia entre la percepción colectiva de la inmigración como problema y la experiencia individual.
A pesar de las tensiones en la discusión sobre la inmigración, España parece mantener un nivel de convivencia más tolerante que otros países europeos. El Ministerio del Interior ha reiterado que no hay correlación entre inmigración y delincuencia, y que los inmigrantes no sobrecargan los servicios públicos ni compiten deslealmente por empleos.
Los expertos concluyen que es fundamental separar las percepciones sobre políticas migratorias de las experiencias personales con inmigrantes, abogando por un enfoque más matizado en la discusión pública sobre este tema.